Tras siete años de espera, la cantante y compositora madrileña Barei, que obtuvo el Disco de Oro tras su participación en Eurovisión 2016 con la canción 'Say Yay!', ha reaparecido en el panorama musical con su esperado nuevo y cuarto álbum de estudio, 'TRECE'. Un proyecto con el que vuelve a componer y cantar en español y en el que la artista profundiza en su autoconocimiento, su transformación personal y el duelo, a través de 13 temas sorprendentes.
En relación al título de su disco, Barei lo confiesa: "El 13 ha sido un número que ha aparecido constantemente en mi vida, y no de manera casual. Es un número que muchos asocian con la mala suerte, pero para mí ha sido todo lo contrario. Ha sido un recordatorio de que a veces ciertas cosas deben morir para que otras puedan florecer. Es un símbolo de transformación, de renacer. Eso es lo que este álbum representa: un tránsito de la oscuridad más profunda a la luz más brillante".
Con motivo de este lanzamiento, en El Televisero hemos hablado en exclusiva con la cantante, que aparte de confesarnos en dónde ha estado durante esta larga ausencia, ha querido sincerarse con nosotros sobre todo lo sucedido hace ahora casi 10 años, cuando saltó al estrellato gracias a su participación en Eurovisión 2016, una experiencia agridulce a la que ahora mira con otros ojos. Sin embargo, reconoce "tener una espinita" con el Benidorm Fest, que en su momento no había, por ofrecer una gran experiencia previa a Eurovisión.
Por último, ha querido lanzar un mensaje muy directo a Melody, representante de España en Eurovisión 2025, a la que califica de "artista" y a quien aconseja sobre lo que vivirá en Basilea (Suiza) el próximo 17 de mayo. ¿Se presentará al Benidorm Fest 2026? ¿Cuál era la puesta en escena original que quería llevar a Eurovisión? ¿Cuál es la canción de su nuevo disco que recomienda escuchar con la luz apagada?
¿Dónde has estado en estos años, Barei?
Pues he estado componiendo, he seguido componiendo, he seguido estando en la música pero desde otro lugar, porque no tenía muy claro si quería volver a exponerme, por pequeño que sea el foco, y como he sido madre, obviamente, de mellizos además, he querido estar muy presente, más la pandemia, más todo eso junto y una serie de circunstancias que ha hecho que a todos nos cambie mucho la vida, pero si además, justo antes de pandemia, eres madre y por partida doble, obviamente te cambia todo, la escala de prioridades, los valores, la manera de ver la vida, la manera de sentirla, de percibir todo. Yo creo que esta perspectiva me ha venido muy bien.
Estoy haciendo temas para Malú, he hecho temas para Lorena Gómez. Para Edurne fue una adaptación. También con Antonio José, con Soraya estoy trabajando ahora... Chenoa. Para Chenoa hubo dos también, con mucha gente, y es verdad que me encanta, a mí me encanta la parte de composición, es algo que eso sí que no lo podría dejar. Jamás tendría la sensación de rechazo, que sí he sentido un poco por volver al foco, a ser artista, a ser como la cara visible de un proyecto. Eso sí me echaba para atrás porque tiene una parte muy superficial que ahora mismo no resuena conmigo. Yo creo que antes sí resonaba más conmigo. Me voy a un evento, a ver qué me pongo... Y ahora cuando tengo que hacer estas cosas, como estas, por ejemplo, pues estoy encantada de hablar contigo, pero me encantaría tomarme esto con un café, sin una cámara. Como desde otro lugar me gustaría contártelo, si te interesa y te apetece, y saber de ti también, pero no con una cámara y pensando en si la luz está allí o no está allí. Claro, esas cosas ya no vibran conmigo.
Entonces, en un viaje tan introspectivo como este, desde que fui madre y todos estos últimos años, creo que también ha afectado todo lo que ha pasado de pandemia, y a todos nos ha hecho ir un poco más hacia dentro y mirar, pues al final es como que no resuena, no resuena conmigo.
La portada del álbum, que se llama "TR3C3" (Trece) esconde muchas cosas pero ninguna al azar...
No, no hay nada al azar. De hecho, ha habido cuatro adelantos antes del lanzamiento del álbum, que han ido saliendo desde febrero del año pasado. Y todos ellos, si se fijan las personas que lo quieran ver en las portadas, todas son oscuras de fondo y todas tienen un gesto, una emoción en mi cara y un aura alrededor. Como si hubiera una energía que envuelve esa emoción. De hecho, hay colores concretos para cada emoción. Son como símbolos de dónde estás sintiendo en ese momento. Es verdad que todos esos colores los hemos usado en la portada del disco, por eso salen todas esas auras detrás de diferentes tonos, es como que he transitado por todo eso, aunque yo sigo teniendo cosas oscuras que llevar hacia la luz o que transformar, pero en cambio todo el fondo ahora es claro, no es oscuro, antes era al revés. Ahora mismo eso es como más luz, como si fuera blanco, aquí se ve un poco gris, obviamente, pero es verdad que tiene un poco de blanco al final, es como si le hubiéramos metido a todas esas sombras un foco de luz y hubieran empezado esas sombras a ver el lado brillante, no lo contrario. Tiene todo un sentido. En cambio, los singles eran al revés. Era todo oscuro y el tono de la emoción en concreto.
¿Por qué has llamado al álbum con un número que popularmente da tan mala suerte?
Bueno, yo lo quiero resignificar un poco. Para mí 13 es transformación, cambio, y hace poco me dijeron, buscando significados, que el 13 significaba en algunas culturas la muerte de algo para que nazca otra cosa, un renacer. Y yo me siento un poco así. Siento que estoy en un lugar muy distinto, que no estoy viviendo el proceso del disco, ni de la creación, ni de la exposición, ni de la comunicación como antes, ni desde el mismo lugar, para nada, antes tenía mucho apego al resultado. Y ahora no, entonces toda esa transformación, el número 13, tiene mucho sentido porque supone una muerte de algo para un renacer de otra cosa. Y aparte, obviamente he tenido cosas, eventos en mi vida, circunstancias que han tenido relación con el número 13 y desde hace tres años veo el 13 por todos lados, o sea, todo el rato veo trece. De hecho ahora me mudo y las dos casas a las que podía ir, porque tengo perros y no todo el mundo te deja irte de alquiler a una casa con tres perros, son el número 13, las dos. Y luego, el 13 es una B de Barei y de Bárbara. De hecho, mi logo es un 13 ahora.
Es verdad también que el haberme atrevido a ponerle el 13, aparte de porque ha sido un número muy recurrente últimamente, es porque hay una persona que tenía mucho que ver con el número 13, que en estos últimos años me ha ayudado mucho a esta transformación y que para mí ha sido como un espejo para ver muchas cosas de mí, que pensaba que no existían o que no valoraba. Entonces, creo que ese cambio a bien también es gracias a esa persona.
¿Por qué has decidido volver a componer y cantar en español?
Es en español porque es mucho más coherente. Si quiero ser honesta y hablar de cosas tan personales, el tener que pararme a pensar qué frase encaja, cuándo encaja, qué palabra busco en inglés, me quita espontaneidad... Yo he compuesto en inglés porque mis referencias, en general, casi toda la música que escucho, es de fuera. Entonces, las melodías y la dicción del inglés me permite métricas más rápidas, pero he encontrado el punto en el que he podido fusionarlo, no es tan fácil, pero creo que en este disco se ha conseguido. El primer disco que saqué, Billete para no volver, también era en castellano y también la sonoridad de la música sí que es muy anglosajona y muy americana.
Luego me pasé al inglés para poder de verdad hacerlo de manera más fluida y más natural, que las melodías que me salían fueran más musicales y las métricas fueran más rápidas. En español se convierten en trabalenguas, en inglés es mucho más fluido. No es tan dura la jota, las chés, las eses. Me fui a eso para estar cómoda a nivel vocal, a nivel referencias, melódico, métricas, pero me he dado cuenta de que ahora mismo, como este disco es tan personal, si lo hubiera querido hacer en inglés, no hubiera sido honesta. Quería vomitar lo que pienso y lo que siento tal cual me viene. Por supuesto, dándole un punto de neutralidad para que cualquier persona se pueda identificar, porque no me gusta hacerlo tan, tan, tan, tan personal, que es muy lícito, hay mucha gente que lo hace con pelos y señales, pero yo intento que mis historias sean extrapolables a ti, a él, a quien sea, que cualquier persona se lo pueda llevar.
Y mi único objetivo, el único que tengo con este disco, que antes no, antes era a ver si suena en una radio, a ver si no suena... Tenía apego, mucho apego al resultado y a la repercusión. Ahora me da exactamente igual. ¿Casualidad? Justo cuando me da igual, empiezo a tener el apoyo de las radios. Basta que no lo busques para que llegue. Me parecía que lo de ahora, como lo he hecho sin buscar una fórmula concreta, simplemente tenía que ser honesta con lo que estaba diciendo y creo que, curiosamente, está conectando mucho más con las personas por eso, porque ven más verdad, y la verdad, al final, se ve, se percibe. Este momento es muy divertido.
Has publicado el videoclip de la canción "Ya no va conmigo"...
Me lo pasé genial haciéndolo. Es como: "esto ya no va conmigo, yo ya no soy la misma persona"
Y te pones a bailar.
Sí, y digo: "voy a soltar, voy a liberar, voy a liberar todo esto que me está pasando". Y digo: "Venga, ya no va conmigo". Yo soy otra persona, estoy mucho mejor siendo como soy ahora.
Sí, pero el bailar siempre ha estado dentro de ti.
Me encanta bailar. Es decir, que eso se mantiene. Aquí sí, no sé en otros, pero en este tema sí, es verdad que... Hombre, sí va a haber alguna cosa más de baile, pero si te fijas, en este caso es un baile como muy espontáneo, de decir: "salgo de aquí y ya me encuentro bien"
Te centras ahora en cosas que importan.
- Sí, sí, sí, totalmente. Que a mí me importan. Porque decir que importan, claro, es como muy general, ¿no? Que me importan a mí.
¿Te has llegado a conocer del todo en estos años?
Yo creo que nunca llegamos a conocernos del todo. Creo que tenemos toda la vida para seguir conociéndonos y que hasta que no nos muramos seguimos conociendo cosas.
¿Qué es lo que más has conocido de ti en estos años?
Que tenía mucho apego al resultado, mucha necesidad de que me quisieran, mucha necesidad de aprobación, mucha necesidad de convencer y de explicar al de enfrente para que no me juzgue o para que me siga aceptando. A todos los niveles. No hablo aquí en la profesión, sino a nivel personal. Y eso me ha hecho tener conductas muy destructivas hacia mí, muy molestas hacia los demás, muy egocéntricas.
Entonces, cuando empiezas a identificar el ego, o sea, cuando estás hablando, pero cuando hablas desde el miedo, hablas desde el ego también, cuando te haces víctima, también hablas desde el ego. Pensamos que el ego es ser soberbio y no tiene nada que ver. Es igual de egocéntrico el que dice: "Joder, es que todo me pasa a mí, es que qué mierda, pero por qué me pasa a mí. Yo, yo, yo, yo". No, mira, no eres tan importante. Entonces he aprendido a darme menos importancia en general. Es difícil, pero es súper liberador, súper, pero te quita un peso. O sea, cuando te das cuenta de que no importas nada, entiéndeme... Es que eres una abeja más, entiéndeme, es que no.
Si yo me muero, pues obviamente dolerá a la gente que tengo cerca, pero un tiempo. Al final, ni siquiera será un dolor infinito. Entonces, bueno, estamos aquí el rato que estemos y no tenemos ni idea de si hay algo o no hay nada, vamos a algún sitio, no vamos a ninguna parte, hemos venido a algún otro lugar, es que ni puta idea. Entonces, es verdad que cuando te quitas importancia, todo pesa menos, estás más presente.
Yo soy muy de futurizar. Mucho. Me monto unas películas... Es verdad, soy súper idealista. Monto películas maravillosas y también súper dramáticas, pero últimamente me las monto muy bonitas y por si acaso me monto el drama, voy a las dos y digo mira, ni una ni otra. Vive el ahora. No tienes ni idea de lo que va a pasar mañana. Disfruté muchísimo de todos los viajes, de todo lo que aprendí porque me enseñó muchas cosas a nivel personal y profesional, me enseñó que muchas cosas que pensaba que no era capaz de hacer, resulta que sí era capaz, tenía más fuerza de voluntad de la que yo creía. Ahora sí, ahora sí te puedo decir que no me importa lo que digan de mí. Mis cercanos todavía me importa un poco más. Pero antes, cualquiera me importaba, lo que dijeras tú y el de allí.
Siempre han dicho de ti que eres súper franca y directa.
Yo soy un poco sincericida, esa es la palabra. Eso lo sigo siendo y eso no me gusta. Eso es algo que quiero cambiar. Una cosa es ser honesto y otra cosa es ser sincericida. Hay mucha información que no tienes por qué dar, porque puede hacer daño y no es necesario. Creo que hay que saber filtrar. Creo que es importante permitirse el decir las cosas que te gustan, las que no, ser honesto, decirlo, ser directo. Pero la línea es muy finita. A veces es como con una pareja, cuando dices: "No, es que yo le digo toda la verdad". Pues no hace falta.
Puedes hacer mucho daño con toda la verdad, no es necesario y no estás mintiendo por no decir ciertas cosas. Hay cosas que las omites simplemente porque no aportan nada. ¿Qué necesidad tengo yo de ir y decirte que me he encontrado con mi ex y generarte a ti una movida en la cabeza? Es como gestiónate tú tu culpa, pero no me cargues a mí ahora con esta inseguridad. Si no puedes con la culpa, no vomites en mí la culpa para quitártela. O sea, es muy complejo y yo creo que con los años lo vas como viendo más claro, y yo soy muy sincericida en general, en todo, todos mis tipos de relaciones. Entonces, ser franco y ser honesta está muy bien para decir lo que te gusta.
¿Fuiste sincericida en Eurovisión?
No, fui súper clara, puse un límite clarísimo, dije: "si a mí no me dejáis ni siquiera que me caiga al suelo, porque no podía hacer la escenografía que quería, que no cuesta dinero, como mucho me rompo yo la pierna y me hago un cardenal, si no me dejáis apagar la luz, entonces ¿qué hago?". Así que un mes antes dije: "No voy, un mes antes. Me acuerdo que estaba en Moscú y dije: "No voy"
¿Y qué te hicieron?
Me dijeron: "No te preocupes". Y a los cinco minutos me dijeron: "te puedes caer y apagar la luz". Con las escenografías que se hacen, yo solo estaba pidiendo caerme al suelo, que es una parte de una coreografía. No costaba dinero que me cayera al suelo. No costaba dinero apagar la luz. Y había un no por delante.
¿Y cómo estás viendo ahora el cambio que ha habido?
Maravilloso. Tener ahora el Benidorm Fest, que ya tienes una idea de lo que vas a poder hacer luego, porque tienes una producción grande en la que puedes más o menos plasmar ya la idea que tienes para después, es una súper oportunidad, no tiene nada que ver, nada que ver.
¿Lo ves y a lo mejor te da como un poquito de envidia?
No, no, no me da envidia. Me alegra. Me alegra muchísimo por la gente que va ahora. Me entra gusanillo. La palabra no es envidia, es gusanillo. Cuando me dicen ¿volverías? Yo digo: "no, yo no tengo intención de volver a Eurovisión, pero pasar por un Benidorm Fest tiene que molar". Tener la oportunidad de presentarlo así y ser libre a la hora de plasmar tu escenografía... esa espina se me ha quedado clavada.
Nos hemos quedado un poco todos, tú entiendo la que más, con las ganas de haber visto la puesta en escena que tú querías.
La tercera opción, que nunca llegó, era en la que no había que gastar más dinero. Era solo realización y la realización era simplemente decir cómo queremos que sean los planos, o sea, es una cuestión de ritmo, de montaje. Yo tenía dos escenografías, que las tuve que cambiar de febrero a marzo. Hicimos una, nos la tiraron, de marzo a abril.
¿Os la tiró RTVE?
No, RTVE nunca. Una persona. Yo de Televisión Española no tengo nada malo que decir, jamás, pero todos los organismos los formamos personas. Fue una persona. El exresponsable de la delegación española en Eurovisión, Federico Llano [ex subdirector de Coproducciones y Festivales de TVE], al que le mando un beso, porque a mí Federico a nivel personal... todo bien, pero era un muro infranqueable. Entonces, de febrero a marzo se hace una y dicen que no ,que es muy cara. Se hace otra, de marzo a abril. Y nos dicen que no. Y digo: "oye, que se ha conseguido que nos den las pantallas, que ni siquiera lo tenéis que pagar". Y dijeron que no.
¿Y por qué?
Ni idea. No lo sé 9 años después. Teníamos que mandarlo ya. En mayo nos íbamos para allá. Y de abril a mayo nos decían: "haced lo que sea, pero mandádmelo ya". E hicimos todo solo a base de realización y de luces, con lo que había allí, es decir, no añadimos nada y cuando llegamos, no había llegado, me enteré al volver, no había llegado nunca el PDF.
¿Y cuál era la primera? ¿Se puede saber?
Unas escaleras para hacer mapping, como retroiluminadas, como había lo del paso de los pies... Había mucho juego de baile con las escaleras. Un poco como la peli de Big, y luego, en lugar de eso, dijimos: "tres pantallas triangulares que formen un triángulo en el centro, que se vaya girando". Era como una pirámide. Pues tampoco. Y ahí conseguimos que nos dejaran las pantallas, pues tampoco. Fue un no desde el principio. No te puedo contestar porque nunca lo he sabido. Sigo sin saberlo nueve años después.
Así que en abril dije que no iba. Y me dijo: "No me puedes decir eso por contrato". Y dije: "Me da igual, llévame a juicio o lo que quieras. Yo ya me he cansado. Es darme cabezazos contra un muro". Y luego resulta que nunca mandó el mail.
O sea, ¿eso se ha llegado a comprobar? Pensaba que era un mito.
Llegaron a contestar los de Suecia a los de aquí. Los de Suecia les dijeron a los medios españoles que, efectivamente, el mail nunca llegó.
Vamos que a día de hoy, si tú algún día te presentases al Benidorm Fest, sería un show brutal, ¿no?
No lo sé, o a lo mejor, por si acaso, diría: "Voy yo sola con una guitarra, no sé, en plan Salvador Sobral". No sé, no sé lo que haría pero es verdad que, yo creo que esa espinita de utilizar esa mega producción pues me la quitaría yo creo.
¿Cómo ves este año la propuesta de España?
Melody, desde luego, me parece que es una artistaza que se lo merece muchísimo porque lleva un montón de años... Canta que se te va la olla, tiene un carisma, una fuerza, baila. Es que es una artista de las grandes. Es una diva, como dice la canción, es una diva de verdad. Yo creo que ella lo va a hacer bien seguro. Es apuesta segura, me refiero como artista. No hablo de lo que suceda, porque como nunca sabes el porqué, pero ella, de hacerlo bien y dejarnos con la cara bien alta, la cabeza bien alta, de decir: Joder, cómo lo ha hecho la tía. Eso, vamos, no cabe duda.
Antes has adelantado que no volverías a Eurovisión.
A día de hoy, yo siempre digo eso, yo te voy a decir otra cosa que he aprendido en mi vida. Todas las tazas de las que he dicho que no iba a beber, he bebido cuatro, ¿sabes? Entonces, llega un punto que dices, pero si es que no tengo ni idea. A día de hoy te digo que no volvería, pero a lo mejor en cinco años te digo: "Qué ganas de ir a Eurovisión". Es que no sé, no voy a ser la misma persona.
¿Un mensaje a Melody?
Disfrútalo. Que el valor lo tienes y es independiente de lo que la gente diga, es decir, el valor no te lo da lo de fuera, no sé en qué punto estás tu personalmente, Melody, pero te aseguro que, creo que lo sabes, el valor que tienes. Y te diría que lo disfrutes, porque no sé si lo vivirás dos veces en la vida. Yo creo que muchas veces. Esto se vive casi siempre una y mucha gente lo quiere vivir, muchísima gente, y tenemos mucha suerte de poder vivirlo además ya con cierta edad, porque creo que lo vas a disfrutar más mucho, con más consciencia. Así que un besito y mucha mierda para ti. Diva, que eres una divaza.
¿Cuál es la canción que recomendarías escuchar en silencio, a solas y con la luz apagada?
"Déjame bailar".
¿Por qué?
Porque creo que muchas personas tenemos el síndrome del impostor y nos boicoteamos mucho, tenemos mucho miedo a brillar, mucho miedo a nuestra luz, porque parece que si brillas tú, da la sensación de que opacas al resto. Y lo que hay que pensar es que cuando brillamos, iluminamos a los de alrededor, es al revés. Tenemos el concepto de que eclipsas, pero si tú brillas, eclipsas. Yo me he dado cuenta de que cuando brillas, iluminas alrededor y ayudas a que los demás brillen más también. Entonces, se llama "Déjame bailar" y es una canción de mí para mí. No digo "Déjame bailar" a una tercera persona. Es en primera persona. Y me parece súper bonita. Ahora mismo estoy en bucle con esa. Es la que más. No sé, me mueve, me mueve mucho.
Muchas gracias
A ti. Un placer, un gustazo
Sigue toda la información de El Televisero desde Facebook, X o Instagram
Sobre la firma