Hay algunas veces en la historia de la televisión que surgen spin-offs de otras series, y acaban siendo más famosas que la original. Ahí están los ejemplos de 'Frasier' (spin-off de 'Cheers'), 'Cosas de casa' (derivada de 'Primos lejanos') o la nacional 'Aída', que nació de '7 vidas'. La serie de Telecinco protagonizada por Amparó Baró, Javier Cámara o Blanca Portillo entre otros, trataba de ser nuestro propio 'Friends'. Y sus primeras temporadas arrasaron en audiencias, lanzando las carreras de actores como la propia Blanca Portillo o Gonzalo De Castro. Y nos descubrió a Carmen Machi, que tuvo su propia serie, 'Aída', durante 11 temporadas, 237 episodios (y 8 especiales).
Una ficción que se convirtió en líder de audiencia, y cuyo humor era reconocible por todo el mundo, marcando por completo a una generación de televidentes. Y, pese a que empezó con dudas, y no tenía muy clara su renovación, con el paso de los años se convirtió en uno de esos hitos de nuestra televisión. La propia Carmen Machi, Paco León o Ana Polvorosa eran varios de sus protagonistas. Y también David Castillo, que daba vida al hijo de la protagonista, Jonathan.
Este joven actor fichó por la serie en plena preadolescencia, a los 12 años, y estuvo casi hasta los 23 dando vida al personaje que le dio la fama. Pero, tras el paso del tiempo, ha reflexionado que, de tener hijos, quizá no les permitiría hacer lo que él hizo. ''Cuando entré en Aída yo ya llevaba cuatro años de carrera. Estaba acostumbrado a rodar una película, estar en una serie con más niños, sabía lo que era una cámara, las marcas...Igual fue una de las cosas por las que dijeron 'este niño lo lleva muy bien'. Yo siempre he sido muy listo y nunca me ha costado aprender las cosas'', ha explicado en el podcast 'El sentido de la birra'.
''Era una serie para mayores, para niños no era porque se decían auténticas cosas punzantes, había un humor bastante sádico [...]. Al principio era como un juego, pero en mi adolescencia, yo lo empecé a llevar peor porque yo quería hacer cosas de adolescentes. Al final yo no iba a clase y yo empecé a sufrir mucho con eso".
Jonathan en 'Aída', sobre su paso por la serie de Telecinco: "No era el ambiente ideal para un niño"
No es el primer niño actor que habla sobre estas cosas. También lo dejó caer Eduardo García, que interpretaba a Jose Miguel en 'Aquí no hay quien viva'. "Yo tenía 12 años y considero que un niño con 12 años tampoco hay que ponerle una venda, pero hay cosas que no debería haber visto. Yo llegaba a mi casa y le contaba a mi padre lo que había visto". Al final en este tipo de ficciones que cuenta con niños intérpretes, hay que crear un ambiente muy seguro para que no les afecte. Pero muchas veces no se consigue.
"Creo que un niño tiene que estar en un sitio de niños y lo sé porque lo sufrí. Aunque también me ha hecho disfrutar mucho y me ha hecho estar donde estoy ahora y tengo cosas maravillosas gracias a esto también. No reniego de eso, pero he estado en un ambiente que no es el más idílico y no sé si es lugar para un niño", reflexionaba David Castillo sobre su paso por 'Aída'.
Tras la serie de Telecinco, eso sí, no ha dejado de trabajar. Fichó por 'Amar es para siempre', participando en más de 200 episodios como Miguel Illarramendi. También en la serie 'El Cid' de Prime Video o, la más reciente, 'La última', con Aitana y Miguel Bernardeau en Disney Plus. Pero es que también formó parte de la prestigiosa 'La joven compañía' haciendo diferentes obras de teatro: 'Münchhausen', 'Naturaleza muerta en una cuneta' y 'Emilia'. Además de que recientemente confirmó que estará en la película secuela 'Aída y vuelta', que dirige Paco León, y funciona como continuación de la serie 'Aída'. Así retomará su personaje de Jonathan García más de diez años después del final de la serie.
Pero en este tiempo no solo se ha dedicado al mundo de la interpretación. Recientemente dio el salto a la literatura con su poemario 'Piedra de madera'. La naturaleza forma parte del imaginario de David Castillo, y cada página de este poemario hace la función de hiedra y trepa por todo nuestro cuerpo como las sensaciones que nos provoca su sensibilidad para escribir. Así define el autor este debut literario. Y, en el apartado amoroso, estuvo en una relación con Jara Dominguín, la sobrina de Miguel Bosé, pero rompieron recientemente.
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