‘Vamos a ver’ tiene que cortar una conexión por el síncope de una invitada: «¡Se ha mareado!»

‘Vamos a ver’ se desplazaba este viernes hasta Boya, un pequeño municipio de Zamora en el que los gatos callejeros han tomado el control. Sin embargo, Alfonso Egea se hacía eco del desgarrador testimonio de una vecina, que está siendo víctima de acoso por proteger a la colonia felina. Ante las acusaciones, otra residente conectaba en directo con el programa para desmentir su versión, pero terminó protagonizando un desmayo en pleno directo.

La crispación ha sobrepasado los límites de la violencia en el municipio de Zamora. Gatos degollados, agredidos a golpe de ladrillo e incluso robo de sus comederos, es parte del testimonio que la vecina que se encarga de cuidarlos denunció este viernes en el matinal. Proteger a la colonia felina está siendo además una dura tarea, porque se ha ganado el odio de todo el pueblo.

Si bien la cuidadora aseguró que está siendo víctima de maltrato tan solo por alimentar a los gatos callejeros, una vecina conectó con ‘Vamos a ver’ para denunciar que todo lo que se está publicando en los medios locales con su versión de los hechos es completamente falso. La habitante del municipio, completamente alterada, se situaba de espaldas a la cámara en mitad de la calle, a altas temperaturas.

‘Vamos a ver’ pierde a su invitada: «¡Se ha mareado!»

Pese a llevar sombrero en todo momento, parece que el testimonio del programa de Telecinco no pudo soportar el calor y terminó sufriendo algo parecido a un síncope en directo. «¡No se vaya usted! ¡Ah, que se ha mareado! Pues, ocúpate de ella», alertaba Alfonso Egea, preocupado por la salud de su invitada.

«¡Se ha mareado! ¡Se ha mareado!«, advertía la reportera de ‘Vamos a ver’, que intentaba mientras tanto sujetar a la mujer para evitar que se desplomase en el suelo. «No, porque me estoy…», llegó a balbucear la vecina sin poder terminar la frase. Durante su intervención, a penas pudo explicar la insostenible situación que vive todo el vecindario a costa de los gatos.

«¡Joder, como está el patio en Boya!», espetaba el conductor del programa mientras finalizaba forzosamente la conexión. Justo después, el espacio conectaba con Gema, la cuidadora de los gatos para explicar el acoso que está sufriendo por parte del pueblo. Todo comenzó cuando denunció el asesinato de uno de los felinos a manos de la madre de la vecina que había intervenido previamente en el programa.