Joaquín Prat enfurece por lo ocurrido con su equipo: «Indecentes, quedo yo como gilipollas»

Joaquín Prat no ha podido sujetar los caballos en esta ocasión y ha explotado como pocas veces se le ha visto contra los colaboradores de ‘Vamos a ver’, su programa en las mañanas de Telecinco. Y ese estallido se ha producido por incumplir los turnos de palabra y pisarse los unos a los otros, generando ruido y despistando a los espectadores. Eso es precisamente lo que ha enojado al veterano presentador.

Todo se ha desencadenado cuando Pepe del Real ha procedido a contar la información que ha recabado sobre Alejandro, el ingeniero jubilado de Canarias que ha saltado a la palestra estos días por habérsele relacionado con Isabel Pantoja. Incluso había voces que le habían señalado como presunto «amigo especial» de la tonadillera.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Este hombre tiene su esposa, su familia, y simplemente es el promotor de la gira de Pantoja. «No consentirá que nadie ensucie su nombre y emprenderá acciones legales contra todo aquel que lo haga», ha informado Pepe, el colaborador de ‘Vamos a ver‘, tras poder hablar con el susodicho.

Pero mientras ofrecía la información que se había trabajado, Alessandro Lequio, irrespetuoso como de costumbre, no ha parado de pisarle y de interrumpir el transcurso del relato. Y eso ha puesto como un basilisco a Joaquín Prat, que, al límite de su paciencia y a voz en grito, ha dicho basta.

«Qué pesados sois, de verdad. Es que luego la gente nos dice que no entiende nada en casa porque montáis unos gallineros que son indecentes. Y luego quedo yo como un gilipollas y un amargado porque os digo que habléis todos de uno en uno», ha sentenciado muy indignado el periodista.

«Pero es que…», ha tratado de rebatirle Lequio sin éxito, pues no le ha dejado terminar su frase. «Pero es que nada. Al final, al que ponéis en una situación delicada es a mi. Que habléis uno por uno, coño. Y si este señor (Pepe del Real) se ha trabajado la información, dejad que la cuente», ha exigido Joaquín Prat, que, acto seguido, ha dado paso a publicidad para calmar los ánimos.