SkyShowtime llegó a España hace ya más de medio año y poco a poco ha tratado de buscar su sitio entre una oferta cada vez más saturada de plataformas de streaming. En todo este tiempo, nos ha ido ofreciendo pequeñas dosis en formato serie de ficción hecha en nuestro país. Ahí tenemos los ejemplos de 'Bosé', 'Las invisibles' o su nueva apuesta, 'Mentiras Pasajeras'. Esta llega con un añadido a tener en cuenta: es una serie producida por El Deseo, la productora de Agustín y Pedro Almodóvar. ¿Qué podemos esperar entonces de una serie con semejante sello?
Creada por Nerea Castro, y con dirección de Félix Sabroso, 'Mentiras Pasajeras' es una serie de comedia de enredos de manual. La protagonista, a raíz de una pequeña mentira, va agrandando sus problemas y la bola de nieve va creciendo más y más. Ese es el principal aliciente de la serie: ver hasta dónde es capaz de llegar alguien con tal de mantener las apariencias de que todo va bien.
Elena Anaya, Pilar Castro, Hugo Silva y Quim Gutiérrez son los protagonistas de la ficción producida por Almodóvar. Pero también hay invitados especiales que aumentan el nivel de la serie, tales como María León, Susi Sánchez, Pedro Casablanc, María Botto o Julián López. El guión corre a cargo de la propia Nerea Castro junto a Pol Cortecans, Blanca Andrés Gómez y Juan Flahn.
¿De qué va 'Mentiras Pasajeras'?
La serie sigue a Lucía, quien ha conseguido tener la vida, el trabajo, la casa y hasta el prometido perfectos cuando ante un merecido ascenso a directora general, es despedida y acusada de espionaje industrial. Así, Lucía emprende una gesta solitaria para recuperar su vida y demostrar su inocencia, pero ocultando la verdad a su entorno. Y como una mentira lleva a la otra, la cosa se complica y mucho. Pero Lucía no es la única que engaña en este retrato irónico y contemporáneo sobre las apariencias y las mentiras del mundo actual.
Una bola de nieve de mentiras
La serie comienza con la protagonista, Lucía, encerrada en una especie de máquina criogénica. Nada más ser interrumpida por su hijo pequeño, descubrimos una vida idílica. Una casa de ensueño; casada con un marido como Hugo Silvia, que es un padrazo; comprándose un bochazo de lujo... y, para colmo, cuando llega al trabajo, todo el mundo la felicita. ¡Al fin van a ascenderla! Pero todo se desmorona tras cruzar las puertas del despacho del jefe. La gran reunión no era para ascenderla, sino para despedirla.
Acusada de espionaje industrial, la empresa va a denunciarla. Y además la despiden, todo por culpa de su compañero, o eso cree ella, ya que es él el que va a ocupar su puesto. Su mundo se desmorona en pocos minutos, mientras paralelamente, descubrimos que su marido va a dejar su trabajo para dedicarse exclusivamente a escribir su libro. ¿Cómo le cuenta que ninguno de los dos tiene trabajo y que no van a tener dinero? Pues fácil, no contándoselo. Ahí empieza la serie. Ahí comienza la primera de todas las mentiras que adornarán la ficción.
El primer episodio, aun así, tiene un par de problemas. Uno es la importancia que dan a las mentiras. Si toda la ficción va a basarse en eso, incluso el título, deberían darle mucha más importancia a las mentiras que cuenta el personaje de Elena Anaya. Otro de los problemas de 'Mentiras Pasajeras' es que, en todo momento, se siente una serie pequeña. La iluminación, los exteriores y las actuaciones en muchos momentos parecen retrotraernos más a un trabajo de final de carrera que a una producción de El Deseo.
Elena Anaya y María León salvan los muebles
Y hablando de actuaciones, Elena Anaya supera con creces el cargar con la serie sobre sus espaldas dando vida a la protagonista Lucía. La actriz saber cómo mezclar fuerza y fragilidad, aunque le falta un poco de empuje en cuanto a su vis cómica. Pero para eso tenemos el contrapunto de Pilar Castro, su inseparable amiga Maite. En el primer episodio no podemos verlas mucho en acción, pero es un dúo que funciona muy bien según avanza la trama, y es de lo mejor de 'Mentiras Pasajeras'.
También destacar la presencia de otros secundarios que siempre cumplen como Susi Sánchez o María León, un personaje al que se le podría haber sacado mucho más jugo. María León parece demasiado contenida, cuando esta serie precisamente te invita a todo lo contrario.
La comedia nos enfrenta a esas pequeñas mentiras que contamos a diario para mantener muchas veces nuestra apariencia. Y con eso juega 'Mentiras Pasajeras', con un buen catálogo de personajes que solo buscan aparentar, y que la gente siga viéndolos como triunfadores que pueden con todo. El escaparate de las redes sociales pero en la vida real. Pero esa crítica se va difuminando con un guion algo torpe y unos diálogos muchas veces demasiado impostados. Porque la dirección acaba estando en piloto automático. Solo brilla cuando deja de ser tan autoconsciente y se permite liberarse un poquito de las ataduras, jugar y disfrutar.
Pese a ello, 'Mentiras Pasajeras' es una serie divertida y que se ve en un suspiro. Sus episodios no duran más de 30 minutos lo que la hace perfecta para ver de forma relajada, sin necesidad de pensar mucho más. Podría haber dado más de sí, mucho más de sí, y quizá el marketing de ser "la serie de Almodóvar" no le haga mucho bien, porque las expectativas suben como la espuma. Aun así, es una serie que hac disfrutar, y esperamos que vaya a mucho más hacia el final de temporada.
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