Crítica de la semana: Cumbre vieja, un espectáculo informativo sin rival

ANÁLISIS | Semana del 20 al 26 de setiembre de 2021

Por si todavía no lo teníamos claro, la naturaleza es el mayor espectáculo de la vida. No hay otro; por mucho que se junten todas las mentes pensantes de la televisión a idear un formato nunca darían con un fenómeno tan apasionante e imprevisible como un volcán. Es inevitable quedarse pegado observando el devenir de un rio de lava, aunque las consecuencias para los que lo tienen cerca sean del todo devastadoras.

España lleva una semana enganchada a la pantalla contemplando una erupción volcánica. Solo hay que observar los datos de audiencia para constatar este interés: los programas informativos llevan días copando las emisiones más vistas de cada jornada. Destacan por encima del resto los de Antena 3, siendo los únicos programas que han superado los tres millones de espectadores esta semana. Ni el circo de Puigdemont y el Tribunal Supremo en Cerdeña ha logrado eclipsar al volcán.

No solo se han beneficiado los informativos del interés suscitado por la audiencia, los programas de actualidad también han visto aumentar su share gracias al espectáculo de la naturaleza de La Palma. Iker Jiménez subía su ‘Horizonte’ el jueves hasta alcanzar el 7,5% de share y el viernes tanto ‘En el punto de mira’ como ‘Equipo de investigación’ veían recompensados sus especiales en directo con una buena acogida por parte del público.

Teniendo claro que la erupción del volcán interesa y que la gente demanda información al respecto, lo complicado es hacer equilibrios entre la noticia y el morbo. El espectáculo ya viene servido por el fenómeno natural en sí, lo difícil después es no condimentar en exceso las tragedias humanas que derivan de la destrucción tras el paso de la lava. Y es que tampoco hace falta, es tan impresionante la narrativa que ofrece la naturaleza que es del todo innecesario bordear los límites de la ética periodística.

Se puede informar de la devastación, incluso acercarse más de lo necesario si uno libremente lo desea para cubrir la noticia, pero nunca convertir el drama humano en un espectáculo sin ningún fin noble que lo justifique. Ver imágenes impactantes de piscinas y viviendas devoradas por la lava no sé si es sano, pero tampoco me parece algo reprobable por parte de los medios que las emiten una y otra vez. Otra cosa ya es servirse de las lágrimas de los afectados y de las preguntas que rozan la indecencia para rellenar minutos de televisión con el único fin de alimentar el morbo.

En todo caso, la cobertura del volcán de Cumbre Vieja en España ha sido bastante digna. Acostumbrados como estamos los que trabajamos en televisión y derivados a recibir palos, también es pertinente reconocer la labor de cientos de profesionales que han informado estos días desde La Palma. Incluida doña Lydia Lozano.