Omar Montes, premio al oportunista del año

De donde no hay no se puede sacar.

Los que tenemos memoria fotográfica, el nombre de Omar Montes no era para nada nuevo antes de que se relacionara con el de Isa Pantoja. En temporadas anteriores de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ ya se dejó ver como pretendiente de varias tronistas. Su nombre poco a poco iba siendo algo conocido. Omar, boxeador y cantante iba asistiendo a los bolos donde le contrataban, la mayoría de ellos junto a muchos otros rostros del montón.

Isa Pantoja no ha sido la primera VIP en ir de la mano de Omar. Si nos remontamos al otoño del 2015, el último ex de Isa, estuvo muy relacionado con Ylenia Santana. Salta a la vista que después de intentar buscar pareja en TV, cuando llevas toda la vida rodeado de chicas, sólo se le conozcan parejas famosas o historias amorosas mediáticas. Está claro que a costa de Isa, Omar consiguió lo que quería: Pasar de jugar en tercera regional a hacerlo en primera división y como titular indiscutible.

Él es el típico prototipo masculino que atrae a chicas jóvenes y sin perspectiva de futuro. De aspecto malote, con gorra y vestido de manera informal causa revuelo entre algunas féminas. Eso sí, con una nula capacidad de argumentación ni de habilidades sociales. Una pobreza extrema en vocabulario y expresión oral. Alguien prehistórico en el modo de manifestarse utilizando un argot más de barrio que los columpios. Además de transmitir unos valores y actitudes de lo más antiguas y soeces. Posponiendo la razón ante la fuerza y el incivismo frente a la educación.

Su entrada a la casa no ha pillado por sorpresa a nadie, estaba casi cantada. Es capaz de recriminar a su hasta entonces pareja el tonteo absoluto con otro compañero sabiendo que su propia chica le ha perdonado una infidelidad. Su discurso se basa en el respeto que una mujer debe prestarle a un hombre, algo nada contemporáneo. Se refugia en superficialidades como ir dando cachetes en los traseros femeninos, mientras se le van los ojos hacia ellos. No pasaron ni 24h desde que se despidió de su expareja para que se arrimara a la única que le recibió tanto con las extremidades superiores como inferiores abiertas. No le causó ningún remordimiento besarse, intimar y darse infinidad de arrumacos y cariños con la que era el apoyo principal de su ex dentro de la casa. Es tan feo, sucio y totalmente deleznable que hasta es asqueroso de redactar.

Mira que ya avisaron a Isa hasta de manera reiterada que Omar se la iba a jugar, que no era un buen partido ni mucho menos. Ella, ciega y dejada llevar por la atracción y los largos episodios nocturnos compartidos, hasta que no se ha dado con el muro en la cabeza no ha parado. Debe ser agotador vivir entre deslealtades, poca confianza en la otra parte y sobre todo sabiendo que todo lo que hagas o digas se va a analizar con lupa. Para nada opino ni creo que Isa sea una víctima, pero tampoco el verdugo. Ella, a día de hoy, no es capaz de ver aquello que le conviene ni tampoco valorar quien puede ser su candidato ideal a compañero de viaje. Vive el día sin remordimientos y de manera satisfactoria con las numerosas cantidades monetarias que se embolsa a causa de desgranar sus intimidades.

Por todos es sabido que Isa fue la que se encaprichó de Omar. Mediante mensajes directos de Instagram empezó el contacto, donde ella necesitaba baberos a pares. Él de manera viva no dejó pasar este tren que lo ha catapultado a la actualidad más sonada. Todo hace pensar que Omar es el típico heterosexual que no hace ascos a nada y es atraído por cualquier mujer. Da igual que sea alta o baja, del país o extranjera. Qué triste debe ser reconocer antes de entrar al concurso que te atraen Miriam y Mónica pero acabas con Techi ya que es la única que te invita a su cama. Es tan artificial, forzado y carente de total veracidad la unión entre Omar y Techi que por montajistas baratos y cutres deberían salir cuanto antes nominados y nosotros desde casa expulsarlos. ‘Gran Hermano’ es convivencia, diversión y autenticidad, éste par son totalmente todo lo contrario a ello.