Las dos caras de Melody tras Eurovisión: tropiezos de una diva cuando se apagan los focos

Melody llegó a Eurovisión como una diva imbatible, pero después de quedar antepenúltima demostró que en el arte de esquivar responsabilidades también tiene su propio talento. Cuando la música no llena estadios, siempre queda la tele y la polémica gratuita.

Lo reconozco, soy de esos que aplaudieron con alegría la candidatura de Melody a Eurovisión. Y es que viendo el resto de participantes del Benidorm Fest, la canción de la sevillana me parecía un mal menor. Por su entrega, por ser un cliché andante y por un talento vocal innegable, me parecía que Melody era el mejor souvenir que podíamos mandar al festival.

Y en esa opinión me mantengo. Su pésima posición en las votaciones no desmerece todo el trabajo que había detrás. Su defensa de la candidatura hasta el último momento propició que el festival marcara una de las mejores audiencias de los últimos años, con un 50,1% y casi seis millones de espectadores. Y esto también es triunfar: conseguir crear expectación en tu país y que los espectadores acudan en masa para verte actuar. Un logro en el que ella tuvo mucho que ver, pero en el que RTVE también tiene algo que decir.

"No había nada que reprocharle a la artista hasta que acabó Eurovisión, y la diva empezó a enseñar la patita"

No había nada que reprocharle a la artista hasta que terminó Eurovisión. Al volver a España, la diva empezó a enseñar la patita. Cuando se apagaron los focos y tocó aceptar el mal resultado, Melody comenzó a disparar a discreción contra todo lo que la rodeaba, en lugar de asumir una mínima parte de responsabilidad. Lo hizo estupendamente en Basilea, no hay duda de ello, pero si has quedado antepenúltima, abrázate a la humildad y reconoce que tu canción no gustó a Europa.

La polémica, mal gestionada por Melody, terminó de estallar con la rueda de prensa. Para empezar, la artista jugó con los tiempos. Como si fuera Pedro Sánchez el día que se planteó dejar el cargo, Melody convocó a los medios para más adelante. Nada que reprocharle: una diva sabe generar expectación y hacerse esperar. Pero cuando has tenido varios días para reflexionar, debes venir preparada, con un argumento sólido y sin fisuras. Y si no eres capaz de elaborarlo por ti misma, contrata a alguien que lo haga por ti.

La rueda de prensa fue el culmen del mal gusto, tanto en contenido como en forma. La artista pareció quedar poseída por el espíritu de Aíza Nízar y comenzó a hablar de sí misma en tercera persona. A eso se sumó el delirante momento en que se vino arriba e intentó ser graciosa con el chiste de la supuesta llamada telefónica de Lady Gaga. Fue tan patético que Melody tuvo que rematar el gag con un "olé", a ver si así la concurrencia le reía la gracia.

Pero lo más flagrante de sus declaraciones fue lo desconectada que está de la realidad y su errática autopercepción del lugar que ocupa en la industria. Melody fue una estrella infantil, con un éxito innegable, pero desde aquel Pata negra, su carrera artística ha sido bastante discreta. Ojo, sin desmerecer: ya les gustaría a muchos. Pero más allá de cuatro conciertos en Mardepacheco —nombre de pueblo ficticio para no ser fusilado— y de ser cabeza de cartel en un Loco Bongo, su trayectoria musical no ha brillado tanto como nos quiso vender en la rueda de prensa.

Ser artista puede implicar muchas cosas: unos llenan salas de conciertos y venden discos; otros diversifican su carrera y combinan actuaciones en el Pride de Torremolinos con secciones de belleza en 'Tardear'. La música que hace Melody tiene un recorrido muy limitado en España; no hay un público suficiente para sostener ese estilo en 2025. Por eso, lo más coherente sería ser consciente de esa realidad y no envalentonarse con afirmaciones imposibles de sostener con datos. Melody puede ser una estrella, pero no precisamente de la música. Hay que tener objetivos realistas. Su mayor logro profesional podría ser participar en 'MasterChef Celebrity' o ejercer como jurado en 'Tierra de talento', pero no llenar el Metropolitano con su nuevo disco. Y también está bien.

"Melody no debería banalizar la salud mental y utilizarla como carta para justificarse"

En cuanto al contenido de la rueda de prensa, evitó entrar en "temas políticos" y soltó una frase digna de candidata a Miss España en relación con el genocidio en Gaza. Pero sí tuvo tiempo para tropezar de lleno con el tema de la salud mental. El contexto: Broncano tenía pactada una entrevista con Melody el lunes siguiente al festival. Ella no se presentó, el cómico se molestó ligeramente y, en la rueda de prensa, Melody aprovechó para lanzar un ataque velado a 'La Revuelta', alegando que no se había tenido consideración con su salud mental. Algo que, sencillamente, no ocurrió. Por eso Broncano se rebotó —con razón— y le soltó un speech impecable en el que dejó claro que no pensaba disculparse.

No sé si Melody tiene problemas de salud mental; no soy nadie para juzgarlo. Lo que sí intuyo es que tiene una soberbia descomunal. Lo reprobable de su argumento es que comenzaba con ese rintintín incrédulo de: "Tanto que se habla de salud mental…". Pues afortunadamente sí, cada vez se habla más de ello. Lo que no se debería hacer es banalizar la enfermedad y utilizarla como carta para justificarse. Si eres incapaz de sostener un discurso coherente, mejor no entres en guerras que vas a terminar perdiendo.

En fin, salgamos de este jardín. Todavía nos queda el cuarto acto de este sainete: la visita de Melody a 'El Hormiguero'. Como consejo de nadie: disfruta el momento, Melody. Eres probablemente la última folclórica que nos queda, y esperamos seguir disfrutándote durante muchos años más en los platós de televisión. Mira a Lolita: ni canta ni baila, pero tiene un Goya, llena teatros como actriz y es jurado emblema de 'Tu cara me suena'. En la vida hay que ser lista y saber qué se espera de nosotros.

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