Sara es una joven madrileña de 24 años, estudiante de psicología, que acudió a 'First Dates' para intentar encontrar a su media naranja. "El vacile me da la vida. Es el pan de cada día, sin el vacile, la vida sería muy triste tomándote todo en serio… porque eso es una tontería", reconoció ella misma ante las cámaras del programa de este lunes 29 de abril.
Laura Boado fue la encargada de recibirla a las puertas del restaurante de Cuatro. Al preguntarla cómo se definía, Sara respondió que "como una mujer inteligente, que no aguanta las tonterías y que no cree, en general, en el amor". "Respecto a los hombres, espero encontrar a mi 1% porque el 99% de los hombres no merecen la pena. El 99% es gente pobre, con bajos recurso económicos, gente obrera, albañiles, gente que no le gusta su trabajo, que está amargada, hombres derrotados de la vida…", explicó, sin pelos en la lengua.
En ese momento, Matías Roure, el barman de 'First Dates', le preguntó: "¿Dónde estaré yo? ¿En qué porcentaje?". Según Laura Boado, su compañero estaría en ese 1%. Sin embargo, la joven le espetó: "Estás en el 99% porque, si lo preguntas, ya estás descartado. La gracia es no saberlo".
Además, la soltera reconocía que "mis padres saben que soy un caso perdido y que no voy a encontrar pareja. Están encantados de que haya venido a 'First Dates' para ver si encuentro a mi 1%". "Ellos han visto que no cuadro con nadie porque busco a un chico alto, con los ojos claros como yo, extrovertido, que trabaje y, sobre todo, que tenga dinero. Si tiene menos de 200.000 euros, no saldría con él", dejó claro, para sorpresa de Laura Boado y Matías Roure.
Sara recibe calabazas de Pablo en 'First Dates'
El equipo de 'First Dates' le buscó a Pablo, un joven murciano que se definió como "una persona que me gusta hacer humor cortante". Nada más ver a Sara, el soltero confesó que "tiene unos ojos que levantan peso". Si bien a ella él no le hizo demasiada gracia: "Es un chico tatuado y la gente así no me gusta, pero él tiene un pase".
Durante la cena, Sara comentó que hablaba inglés y le preguntó a Pablo si él sabía hablar idiomas. El joven, tirando de sentido del humor, respondió: "Me cuesta hablar español, imagínate…". Tras poner en común sus aficiones, como ver series manga en japonés con subtítulos, o hablar de sus trabajos, llegó el momento de la decisión final.
Para sorpresa de todos, la madrileña sí que quiso tener una segunda cita con el murciano, porque "me parece que es el hombre de mi vida". Sin embargo, él aceptó volver "a quedar con ella, pero como amigos". Al despedirse, Sara exclamó, muy efusiva: "¡Te quiero Pablo!". "Yo, no", le espetó él.
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