Qué es 'Bellas Artes', la nueva serie de Movistar Plus+: una ácida mirada al mundo del arte

Si hace poco hablábamos de 'La Academia', la serie de Prime Video, como una excepción en el mundo de las series, ya que no solíamos ver tramas sobre fútbol, ahora llega 'Bellas Artes', y le pasa algo parecido. Tampoco hemos visto muchas series, y menos en España, centradas en el jugoso mundo del arte moderno y contemporáneo. En este caso, la serie creada por Gastón Duprat, Mariano Cohn y Andrés Duprat para Movistar Plus+ se mete de lleno para criticar todo y exponer todas las absurdeces que lo rodean. Este jueves 11 de abril, 'Bellas Artes' llega a la plataforma.

Protagonizada por el actor argentino Óscar Martínez (al que hemos visto recientemente entra serie de Movistar, 'Galgos'), 'Bellas Artes' es una ácida mirada a ese mundo elitista repleto de los mismos esquemas que el resto. Hay incompetentes y personas que se creen iluminados. Hay malas maneras de trabajar, y visionarios que buscan imponer su forma de ver el mundo al resto. Y también hay protestas, hay revueltas y hay sanciones. Y sí, hay también mucha burocracia. Todo ello se da la mano en 'Bellas artes'. ¿Funciona? No todo el tiempo. Pero vale la pena dar una oportunidad a estos seis episodios de 30 minutos cada uno.

Ya no solo por esa visión acerca del mundo del arte, sino también por su magnífico reparto. Porque tenemos a Óscar Martínez como protagonista, sí, pero acompañado de Ana Wagener, Aixa Villagrán, Koldo Olabarri, Dani Rovira... Además de la participación especial de José Sacristán y Ángela Molina.

¿De qué va 'Bellas Artes'?

Antonio Dumas, un prestigioso historiador de arte y gestor cultural, culto y sofisticado, aunque bastante cínico y engreído, es nombrado director de un importante museo de arte contemporáneo en Madrid, al salir victorioso en un concurso para ese cargo. Una vez asumido su nuevo cargo deberá afrontar, en medio de la fauna insólita del mundo del arte, un abanico de circunstancias y conflictos dispares: desde problemas gremiales y presiones políticas, hasta situaciones disparatadas en relación a las exposiciones y a los artistas.

El complejo mundo del arte

Quizá 'Bellas Artes' comience con una denuncia tanto novedosa como rancia a la vez. Y ahí es donde se ve el discurso que vamos a ver a lo largo de la serie. Criticando elitismos sobre el mundo del arte, pero a veces cayendo en las propias trampas que denuncia. La serie comienza con un proceso de selección para ser gestor cultural del ficticio Museo Iberoamericano de Arte Moderno (MIDAM). Los finalistas son tres candidatos: una mujer afrodescendiente, una persona no binaria y Antonio Dumas, un hombre con dilatada experiencia. Pero que confluyen en él tres de las características más criticas en el mundo de hoy en día: hombre, blanco y heterosexual.

Así que acaba ganando el proceso de selección por una sencilla razón: al unir esas tres ramas, hoy en día se convierte en la opción más rompedora. Sobre todo en una época en la que prima la corrección política. O, mejor aún, una época en la que las minorías se han revelado contra el cisheteropatriarcado, y que por fin tienen voz, que usan para denunciar esas opresiones implantadas durante tantos años.

Pero 'Bellas Artes' no ahonda en ese sentido. Busca partir de un supuesto bastante extravagante para extender los tentáculos de su historia sobre el mundo, a veces complejo, a veces tremendamente sencillo, del arte contemporáneo. De hecho, hacia el final del primer episodio, vemos un gag muy recurrente. Antonio Dumas califica de "mierda" los que está viendo en una sala, para luego descubrir que el propio autor de la obra, interpretado por José Sacristán, estaba también en la sala con él.

Un chico nuevo en el trabajo

Óscar Martínez se luce como esa persona "nueva en el trabajo" que, pese a estar algo desubicada, llega pensando que todas las ideas anteriores a su llegada son basura, y él está ahí para arreglarlo todo. Su personaje está repleto de grises. Y aunque no los vemos en un principio, se van intuyendo según avanza la serie. Al formalizarse su fichaje por el museo, lo primero que tocará es la llegada de los oportunistas. Por ejemplo, un vecino suyo que insiste en que le deje colgar sus cuadros en el museo. Cuando Antonio Dumas lo rechaza, el vecino se ofende al instante. ¿Cuándo no hemos conocido a una persona así? ¿Ese tipo de personas que ven siempre la más mínima oportunidad de aprovecharse del de enfrente?

Poco a poco, según va avanzando la serie, 'Bellas Artes' se va metiendo en otros terrenos pantanosos. Como, por ejemplo, la denuncia climática a través de destrozar obras de arte. Y uno de los creadores de la serie destaca la importancia de este discurso en 'Bellas Artes'. "La verdad es que hay problemas más urgentes y más importantes que tratar de llamar la atención arruinando un cuadro. El autor no es culpable de nada. Son como cinco minutos de atención que no es eficaz, porque sino uno debería conocer perfectamente el problema del que hablan o la denuncia", explicó Andrés Duprat para El Español.

La serie de Movistar Plus+ tiene a su favor su brillante reparto. Ya no solo gracias a la magnífica interpretación de Óscar Martínez, sino también por parte de Aixa Villagrán, una actriz que siempre cumple, y que además tiene un perfecto personaje entre manos. Una mujer que está de vuelta de todo en el museo, y que será la mano derecha de Antonio Dumas para conseguir destacar en su trabajo.

Luego también tenemos el resto de apariciones como la de Dani Rovira, como el hijo del protagonista, o incluso de Ana Wagener como Ministra de Cultura. Todos remando a favor del tema de la serie: ¿es el arte contemporáneo accesible para todos?

¿Merece la pena 'Bellas Artes'?

La nueva serie de Movistar Plus+ funciona casi todo el tiempo. Es una ácida mirada sobre ese mundo complejo del arte, a veces con lupa, otras veces con prismáticos. A veces acertada, y otras veces cayendo en los mismos tópicos que crítica. Pero, en definitiva, funcionando como una serie divertida, extravagante y con un ritmo endiablado.

Ya no solo por un guión incisivo y un reparto a la altura, sino gracias a un apartado visual milimétricamente cuidado. Con un museo que se convierte en un personaje más, y que da la sensación al espectador de conocerlo como la palma de su mano al terminar los seis episodios. Y ojo, que ya está renovada por una segunda temporada.