Miguel Lago se ha confesado en 'Y ahora Sonsoles' y ha relatado uno de los peores momentos de su vida.
'Y ahora Sonsoles' ha abordado este miércoles el estado de salud de Alice Campello, la mujer de Álvaro Morata, que tras dar a luz a su hija tuvo que ser ingresada en la UCI por complicaciones tras el parto. El programa de Sonsoles Ónega conectaba con una ginecóloga que expresaba que estos casos suelen ser habituales. Y el propio Miguel Lago apuntaba más datos al contar su propia experiencia.
"Lo conozco de primera mano y te lo puedo contar en un minuto y medio, porque lo conté al año de ocurrir", empezaba explicándole Miguel Lago a Sonsoles Ónega. Y justo después, el colaborador no dudaba en relatar el que sin duda fue uno de los peores momentos de su vida.
"En el nacimiento de Ana, nuestra tercera hija y cuarto embarazo, el parto iba bien, de hecho llamamos a su madre y nos hicimos fotos. Pero, de repente, aquello fue como cuando se desprende una manguera de un grifo. Mi esposa, Laura, comenzó a emanar sangre, se la llevaron con absoluta urgencia a quirófano, donde le pusieron el balón de Bakri, que era el primero que ponían en el hospital de Arganda del Rey", explicaba Miguel Lago recordando todo lo que vivieron.
Tras ello, Miguel Lago ha dejado claro que "nunca me cansaré de darles el agradecimiento" porque aquellas fueron "unas horas angustiosas". "Ya pasado el tiempo lo puedo contar con tranquilidad, porque Dios no quiso que a mi esposa le tocase en ese momento. No se murió porque no tocaba", terminaba de decir el cómico.
"Es el susto más grande"
"Estas cosas ocurren, y fue exactamente como lo ha contado la ginecóloga: le pusieron el balón, pasó la noche en la UCI, Ana además fue prematura, mi mujer pasó allí 48 horas y luego, a los dos o tres días, estaba en su habitación, y a los ocho o nueve días ya estábamos todos en casa", aseveraba el cómico con la tranquilidad de que todo quedó en un susto.
Y es que sin duda, lo que vivió Miguel Lago en aquel momento fue muy duro. "Yo es el susto más grande que sentí, el momento en el que sentí auténtico miedo. A mí me vino un médico y me dijo que estaba en claro riesgo vital, y esa frase es demoledora", concluía el colaborador del programa de Sonsoles Ónega en Antena 3. "Un parto no es una frivolidad, no es una fiesta en casa para hacer el cumbayá, porque pueden pasar estas cosas", sentenciaba con rotundidad.
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