De vez en cuando, tanto en Netflix como en otras plataformas, aparece una serie con la que no contaba nadie… y arrasa entre el público y la crítica. Suele costar poner de acuerdo a las dos partes. Al final, en muchas ocasiones, lo que le gusta a la crítica no le convence al público y viceversa. Pero no siempre se necesita una lista de actores de primera línea, o un director o directora reconocida. Solo se necesita una buena historia y, sobre todo, una buena forma de contarla. Ahí es donde nos encontramos 'Adolescencia', la nueva ficción de Netflix, con sello británico, y que nos llegó el pasado 13 de marzo a Netflix. Una miniserie de cuatro episodios, de cerca de una hora de duración cada uno.
La serie está escrita por Jack Thorne, creador de la saga ‘Enola Holmes’, el libreto de la obra de teatro de ‘Harry Potter y el legado maldito’ o la serie de ‘La materia oscura’. En el guión también le acompaña Stephen Graham, que además es uno de los protagonistas de la historia. Ambos son los responsables de vertebrar una de las historias más interesantes y realistas de los últimos años en Netflix. No está basada en hechos reales, pero sí que sus creadores quisieron acercar la historia de Jamie a lo que muchas familias viven en la actualidad. «Podríamos haber hecho un drama sobre bandas y delitos con arma blanca, o sobre un niño cuya madre es alcohólica o cuyo padre es un violento» explicó Graham en Tudum, un blog especializado de Netflix.
«En lugar de eso, queríamos que miraras a esta familia y pensaras: 'Dios mío. Esto nos podría estar pasando a nosotros'. Y lo que ocurre aquí es la peor pesadilla de una familia normal». ¡Y vaya si lo consiguen! ‘Adolescencia’ podría ser la historia de decenas de familias, de decenas de adolescentes y de profesores. Estructurada en cuatro episodios, cada uno nos cuenta una parte del proceso. En el primero vemos cómo la policía saca de su cama en medio de la mañana a un adolescente de treces años. A punta de pistola. Es tan impactante que hasta el propio chico se mea en los pantalones. De ahí acompañados a la familia hasta comisaría, para saber todo el proceso que debe seguir una investigación así.
La serie nos lleva de la mano continuamente. Porque una de las características que hace tan buena a ‘Adolescencia’, es us forma de acompañarnos. No hay cortes. Cuatro episodios. Cuatro planos secuencia. Lo que ayuda a que nos metamos de golpe en la historia y, además, genera una tensión latente que solo puede escapar cuando salte todo por los aires. Y lo hace al final del primer episodio. Cada uno de ellos tiene su propio interés. Quizá el más flojo de la historia sea el último, aunque Stephen Graham nos regale una actuación que, sin lugar a dudas, será recordada durante mucho tiempo. Un padre que no sabe qué hacer con lo que ha hecho su hijo. Un padre que lleva conteniéndose meses y no es capaz de conectar ni con sus emociones, ni con la realidad que le rodea.
El segundo episodio se centra en la investigación policial pero, sobre todo, en el ambiente actual en los institutos británicos. Aunque podría extrapolarse a cualquier país occidental. Los adolescentes están cada vez más sumergidos en los móviles, en las redes sociales, y los profesores luchan cada día una batalla imposible de ganar. ‘Adolescencia’ retrata muy bien esa dejadez por parte del Estado, esa desconexión cada vez más grande entre profesorado y alumnos… y ese agujero insalvable que provoca tantos problemas de conducta. Al final, los propios profesores tienen que comportarse casi como padres, como educadores sociales, y eso es imposible de mantener en el tiempo.
El tercer episodio, el mejor de la serie, es una charla entre una psicóloga y Jamie, el chico acusado de asesinato. Este capítulo fue el primero en ser rodado, y el debut del joven Owen Cooper como actor. Una brutalidad lo que hace con sus gestos, con sus miradas, con su tono. La continua discusión entre ambos refleja lo que quiere mostrar ‘Adolescencia’. Esa etapa de la vida en la que te crees por encima de todo y de todos. Estás seguro de que te esperan grandes cosas, y no temes a las consecuencias. Incluso miras la muerte como algo accesorio, y así se lo explica la psicóloga. Una conversación descarnada que empieza como algo trivial, pero que muestra los diferentes estados de ánimo del protagonista.
‘Adolescencia’ es, desde ya, la mejor serie en lo que va de año y, casi con total seguridad, habrá pocas que estén a su altura en lo que queda de 2025. Porque no solo es una historia atraparte, sino que técnicamente es apabullante. Los episodios se rodaban con dos equipos diferentes, se ensayaban durante dos semanas, y luego se rodaban hasta en diez ocasiones. Una coreografía inmensa que nos da como resultado una de las más brillantes propuestas de Netflix de la década.
Así es 'Adolescencia', un éxito arrollador
El mundo de una familia se pone patas arriba cuando Jamie Miller, de 13 años, es arrestado y acusado de asesinar a una compañera de clase. Los cargos contra su hijo les obliga a enfrentarse a la peor pesadilla de cualquier padre.
En una semana, los números de 'Adolescencia' son un escándalo. Ha conseguido encaramarse al primer puesto de las series más vistas de Netflix. Pero ya no solo en habla inglesa, sino en el total. Ha arrollado a su competencia directa, y las buenas críticas en redes sociales no van a hacer otra cosa que mantenerla en esa posición (aunque la semana que viene llegue 'La Residencia', su rival directo).
- 24.300.000 visualizaciones.
- 93.000.000 horas visualizadas.
- Número 1 en 71 países.
- Top10 en 91 países.
Unos números al alcance de muy pocas series, y que demuestran lo mucho que ha conectado con el público. Una ficción que va a ser, sin lugar a dudas, una de las favoritas de muchos, y que demuestra que no siempre hacen falta grandes efectos especiales y un presupuesto desorbitado para contar una buena historia.
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