Conmoción en ‘La Promesa’ por la despedida de uno de sus personajes más queridos

Tarde de despedidas la que hemos tenido que vivir este lunes en ‘La Promesa‘. Por un lado, Dieguito, el hijo de doña Pía se marcha de Luján para ser cuidado y tener un futuro tal y como pactó el ama de llaves con la Marquesa. Y por otro, la marcha de Candela, una de las cocineras del palacio.

Quien consigue quedarse en La Promesa pese a las reticencias de la Marquesa es Abel. El médico, amigo de Manuel, se mantendrá al cuidado de Jimena después del malogro de su embarazo. Así, Abel podrá ayudar a Jimena a seguir ocultando todo lo sucedido y que nadie descubra que todo era una mentira.

Una noticia que Jana celebra pues ahora más que nunca le necesita cerca tras la desaparición de Ramona. «Abel tienes que intentar animarte un poco», le pide la doncella al doctor. «La vida sigue y tienes que seguir adelante, además doña Jimena le necesita para que la sigas cuidando», añadía. Unas palabras que no convencían al médico. «Madre mía, Jana, esto no me lo esperaba de ti. Me acabas de endiñar todos los tópicos que se te han venido a la cabeza en una sola frase», le espetaba el doctor. «Solo intentaba animarte», le decía ella. Justo después, Abel le cuenta que se mantendrá en La Promesa para seguir al cuidado de Jimena.

Después de ver como Abel está muy preocupado por su futuro como médico, Jana no duda en darle todo su apoyo. «Abel tú vales mucho como médico y como persona. Cada paciente es un mundo y no es tan importante tener la respuesta en cada momento preciso sino tener voluntad de aprender y tu esa voluntad la tienes. No puedes rendirte, tus pacientes te necesitan, doña Jimena te necesita, pero sobre todo yo también te necesito», le confiesa la doncella provocando que Abel le de un beso en los labios.

Candela se marcha de ‘La Promesa’, ¿para siempre?

Cuando todo el servicio se dispone a despedirse de Dieguito, el hijo de Pía, es Simona la que suelta un comentario que hace a Candela hablar de su marcha. «Lo verán crecer, les doy mi palabra», aseveraba Pía ante el servicio. «Dios la oiga señora Adarre, ya nos encargaremos Candela y yo de atiborrarle de chucherías para que el niño quiera estar aquí un día y al otro también», confesaba la cocinera. «Ay, perdona que lo he dicho sin pensar», le decía Simona a su amiga y compañera. «Casi mejor que haya salido así el asunto, así aprovecho y me despido de todos», aseveraba Candela.

«Yo también me voy a ir pronto y ya que os chafé la fiesta de despedida pues esta reunión valdrá para los dos. Yo me quería ir sin despedirme, pero algo tendré que decir. A ti y a Teresa aunque os he conocido hace poco solo quiero deciros que os habéis convertido en las niñas de mis ojos», le reconocía Candela a Jana y Teresa. «Y a ti Fernández que quieres que te diga, que te quiero mucho», añadía mirando a María. «Te prometo que en Asturias trataré de ver la vida como tú la ves y la veré de forma bonita con una sonrisa», añadía.

«A ti no me va a costar recordarte Mauro, por noble y por pintón», le decía a Mauro. «Mi Lope, no hay persona más buena sobre la fachada de la tierra», comentaba sobre el lacayo y cocinero. «En cuanto a usted don Rómulo y a usted doña Pía, les debo tanto que creo que si empiezo a darles las gracias no acabaría nunca», concluía Candela entre lágrimas. «Siento que me han cuidado como si fuese sangre de su sangre y nunca les voy a sacar de mi cabeza», añadía.

Pero sin duda, era la despedida a Simona lo que llenaba de lágrimas a ‘La Promesa’. «Desde que llegaste a mi vida la hiciste mejor. Y te necesito tanto que me cuesta imaginar que voy a hacer cuando ya no te tenga a mi vera«, añadía Candela. «Para no querer despedirte, te has despachado bien a gusto jodía», le replicaba Simona. «Todavía no me voy, todavía me queda tiempo», aseveraba Candela.