Jorge Javier Vázquez ha concedido una entrevista en la que vuelve a la carga contra VOX y donde hace un repaso del mazazo que supuso el ictus.
Este domingo, 'El País Semanal' publicaba una entrevista con Jorge Javier Vázquez. El presentador se ha convertido de un tiempo a esta parte en azote de la derecha y la extrema derecha española. Y en un claro defensor del gobierno de coalición de PSOE y podemos.
Aunque, tal y como confiesa en esta entrevista en el semanario del diario 'El País', ha recibido "hostias" de la izquierda y de la derecha. "Sobre todo VOX no para de darme y amenazarme".
Jorge Javier explotó contra el partido ultraderechista en un programa de 'Sálvame' tras una discusión con Antonio Montero. "¡'Sálvame' es un programa de rojos y maricones!", llegó a gritar en pleno directo. Y, aunque más tranquilo, se reitera en sus palabras. "Desde luego no es para esa gente de Vox que quiere hacer creer que el franquismo era mejor que esto. Eso es democracia. Y el franquismo era una dictadura donde se perseguía a los homosexuales".
"Me quedé sin ilusión y sin fuera. Pensé abandonar"
Durante la entrevista en 'El País Semanal', el catalán también se sincera sobre la enfermedad, tras el ictus que sufrió hace poco más de un año. "Me quedé sin ilusión y sin fuerza. Todo eran miedos y angustias. Pensaba que se me había acabado la vida. Nada me motivaba; me sentía mayor; era el fin; el final de la vida, del amor y las ilusiones. Pensé abandonar".
Tal mal se encontraba, que decidió acudir al psiquiatra. Y, según confiesa, es lo mejor que pudo haber hecho. "Me diagnosticó depresión y me recetó una dosis estándar de antidepresivos. Y me encuentro en un proceso de renacimiento. Que se ha afianzado con mi trabajo en estos meses de pandemia. Ha sido mi válvula de escape. Es el mejor momento de mi vida", asegura.
"A mí la vida se me ha ido demasiado rápido"
Jorge Javier también reflexiona sobre la vida y el futuro. "A mí la vida se me ha ido demasiado rápido. He vivido en televisión. Sin tener ni un minuto para pensar. Ni siquiera si los programas en que participaba hacían daño a alguien. Todo era vertiginoso. 'Aquí hay tomate' pasó de ser un programa de humor envuelto en cotilleo a ser justiciero, acusador y amargo. Era una máquina de triturar. Para mí era puro entretenimiento. No le daba más vueltas".
"No he parado de salir en pantalla en 20 años. Me he expuesto más que nadie. Y eso destroza una vida", lamenta con pesar. Y admite: "Nunca estás preparado para perder el anonimato; para que te paren o insulten por la calle; ser el hazmerreír nacional; que te miren de reojo, te graben borracho o alguien cuente el último polvo que ha echado contigo. Para recibir hostias de la izquierda (yo soy fiel votante) y de la derecha. Y también del movimiento homosexual que me considera una mariquita mala", sentencia.
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