La sobrina de Isabel Pantoja empieza a estar harta del trato que 'Sálvame' le está dando a su inminente enlace con Omar, 'El Negro'.
Anabel Pantoja está a punto de darse el "sí quiero" junto con su novio Omar. Un acontecimiento que 'Sálvame' sabe explotar ya que desde la incorporación de la tertuliana, el espacio vespertino no ha dejado de intentar boicotear el evento. Las críticas a todas las decisiones tomadas por Anabel son tales que la protagonista ha explotado durante el último programa dejando en entredicho su vuelta al espacio.
El detalle que ha situado a la joven en el centro de todas las críticas ha sido la ubicación donde se celebrará su enlace. Se trata de La Graciosa, una isla canaria que está protegida por grupos ecologistas. Precisamente unos grupos que no han dudado en criticar la decisión de la colaboradora. Unas críticas que Anabel no ha querido escuchar: "Hay que ser unos... Todos, incluido este programa".
Mientras sus compañeros intentaban desquiciar a su compañera, la principal aludida se defendía diciendo: "En esa isla se celebran bodas desde hace muchos años. Me voy a casar igual que se ha casado todo el mundo. Yo solo voy a celebrar la ceremonia y luego nos vamos a otro sitio". El ambiente se iba caldeando y Anabel comenzaba a amenazar con abandonar el programa.
"'Estoy hasta el mismísimo coño! Están intentando acabar con mi boda en este programa", ha soltado fuera de sí. Poco después, pedía perdón por las formas empleadas. Aún así, la tertuliana se mostraba cabreada con la dirección del espacio a la que no ha tenido reparo en criticar: "Estoy hasta el moño! Ayer mi padre, hoy los permisos. ¿Mañana qué será? ¿Que estropeo los océanos con el aire que respiro? Lo que me estáis haciendo es de traca, pero bueno, solo me quedan cuatro días".
Anabel amenaza con dejar 'Sálvame'
Harta de que sea siempre la que tenga que recibir, Anabel se hartó y volvió a abandonar el plató quitándose el micrófono como sucedió la tarde anterior. "Me hicisteis el documental hace una semana y media, y ahora os estáis riendo y mofando de mi boda para chafarla", se quejaba indignada. "Yo quiero que no se me humille, que no se mofen de mí. ¿Queréis que celebre mi boda en una lonja? ¡Estamos locos!", proseguía diciendo muy alterada.
Al escucharla, Carlota Corredera le pedía que tuviera cuidado con las palabras que empleaba. "Yo te voy a pedir una cosa... Creo que la palabra 'humillación' es una palabra muy grande y utilizan eso contra nosotros continuamente. Dejemos de decir humillación", le suplicaba la presentadora.
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