Según desvela Pilar Eyre en la revista 'Lecturas', Doña Letizia sería una fiel seguidora de la docuserie de Rocío Carrasco.
'Rocío: contar la verdad para seguir viva', la docuserie de Rocío Carrasco, tiene enganchados a millones de espectadores. El éxito es tal que ha llegado incluso a las 'altas esferas'.
Si tras la emisión de los primeros capítulos nos enterábamos de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez había seguido con curiosidad y preocupación el desgarrador testimonio de Rocío Carrasco, ahora hemos sabido que también la Reina Letizia ha sucumbido a la docuserie.
Eso, al menos, es lo que asegura la periodista Pilar Eyre en su blog semanal de 'Lecturas'. Según la catalana, la mujer de Felipe VI no se pierde ni un solo capítulo e incluso "llama a sus amigas periodistas para preguntar por la trastienda del asunto".
Por si esto fuera poco, siempre según Pilar Eyre, hasta "toma partido apasionadamente". La Reina "tiene muy claro su veredicto porque es como todos nosotros, ¡nada humano le es ajeno! ¡Qué no daría ella por poder opinar libremente!", exclama la periodista.
La 'amistad' de Letizia con Adriana Abenia
Además, la también colaboradora televisiva, recuerda los primeros años del noviazgo de Letizia y Felipe, donde ella "pensó, ingenuamente, que podría seguir ejerciendo (el periodismo). Albergaba la remota esperanza de continuar esa carrera que le apasionaba".
"Le costó darle el sí a Felipe, precisamente por tener que abandonar su profesión", explica Eyre. Poniendo de manifiesto la pasión que tenía la entonces princesa de Asturias por su trabajo.
Durante sus años como princesa, Doña Letizia fraguó amistad con Adriana Abenia, entonces reportera de 'Sálvame', a la que dio divertidas declaraciones. Así lo recuerda Pilar Eyre: "Se paraba a hablar con los reporteros cuando la abordaban por la calle. Como cuando la encantadora Adriana Abenia le preguntó para 'Sálvame' si cuando viajaba le dejaba comida preparada a Felipe en la nevera: 'Pues la verdad es que no, para que voy a engañarte'", le contestó la reina.
Pero, tal y como recuerda la periodista, "todo fue cambiando a medida que la prensa arremetió con críticas que ella consideraba injustas. Hasta el punto de que llegó a sospechar que eran cotilleos que se favorecían desde la Casa para apartar la atención de la conducta irregular de Juan Carlos".
"Despertarse cada día con una alusión malintencionada a su delgadez o el recuerdo exagerado de la humildad de su familia fue amargando su carácter y minando la confianza en sus antiguos colegas", concluye Pilar Eyre.
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