ANÁLISIS | Semana del 11 al 17 de enero de 2021
Después de semanas de aburrimiento y atiborramiento navideño, por fin las cadenas de televisión se pusieron las pilas para dinamizar un poco la parrilla televisiva. Aunque viendo según qué cosas, mejor hubiese sido regresar al 2020.
Los niños volvieron al cole, los que pudieron, y los estrenos llegaron a televisión. No todos corrieron la misma suerte, pero en general la acogida fue bastante fría por parte de los espectadores. Y como sucede en la vida misma, no siempre los más beneficiados por la audiencia fueron los que más la merecían. Aunque esta opinión es tan subjetiva que espero que no me la tengáis en cuenta.
El lunes llegaba el primer estreno de la semana, una apuesta tremendamente arriesgada que venía a remolque de lo ocurrido en Antena 3 con el exitazo de la ficción turca. ‘Love is in the air’ aterrizaba en Telecinco con una colocación en parrilla del todo estrambótica. Una apuesta al todo o nada en el que la serie otomana ocupaba 4 noches a la semana, ahí es nada. Una estrategia que alguien pensó que podía revolucionar el prime time español pero que no llegó a alcanzar el 10% de share en ninguna de sus noches.
Aunque hay un dato de ‘Love is in the air’ a tener en cuenta y que podría justificar en algo su continuidad, la serie marcaba máximo de espectadores el jueves por la noche. Un récord muy pobre, todo hay que decirlo, pero siempre que un formato aumenta su concurrencia hay que esperar un poco para tomar una decisión definitiva sobre su continuidad. A pesar de esta tendencia positiva, no lo tiene nada fácil para remontar el vuelo.
El miércoles segundo estreno, pero en esta ocasión se trataba de una vieja conocida del año anterior. ‘La caza. Tramuntana’ desembarcaba con su segunda temporada a TVE con un escueto 8% de share. Dato tristísimo para una ficción con bastante más talento que cualquier culebrón turco.
La serie protagonizada por Megan Montaner nos proponía un nuevo crimen sin resolver en un nuevo decorado y con una renovación total de personajes secundarios. Su protagonista sigue siendo el mayor gancho, Montaner es una virtuosa de la ficción televisiva, pero en esta ocasión echamos mucho de menos el entorno de la primera temporada. Monteperdido era un personaje más en la historia, con todos mis respetos a la Sierra de Tramuntana.
Y por último, el gran estreno de la semana, el único que destacó en audiencias entre tanta decepción. ‘El desafío’ brillaba la noche del viernes con un estupendo 22,4% de share. El público casi siempre tiene la razón, pero en esta ocasión creo que el programa se benefició más del buen momento que vive Antena 3 que no de su propio talento para seducir a la audiencia.
Un concurso de retos que, lejos de la espectacularidad que podemos ver muchas noches en ‘El Hormiguero’, se quedó a medio gas con pruebas más propias de ‘La casa fuerte’. Mucho ruido y pocas nueces. Primero nos deleitaron con una presentación de concursantes innecesaria y soporífera. Después Pablo Motos hizo alarde de su ego desbordante al ofrecerse como primer invitado de su propio programa protagonizando un reto en el que el único que se emocionó fue él, como un niño rico que tiene una ilusión y se inventa un formato para realizarla. Y finalmente comprobamos que el jurado está más puesto para decorar que no para dar algún sentido a la mecánica del concurso. Lo mejor del programa, el de siempre, Roberto Leal.
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