Más televisiva, pero también menos vista. La campaña electoral de este 26-J se ha desarrollado con la reducción de grandes mítines y más apariciones televisivas. Pero, a pesar de lo que muchos han querido percibir, lo cierto es que ha sido menos vista. El cansancio de los telespectadores y votantes podría haber sido una de las causas.
Hay que separar -para ser correctos- debates y entrevistas ordinarias de las apariciones de los principales candidatos a la Presidencia en formatos más atractivos televisivamente hablando, como la última entrevista a Rajoy en ‘El Hormiguero’. Pero sí, a la gente le ha interesado menos.
Por un lado, el debate del 13-J siendo el quinto más visto de la historia supera por muy poco el anterior del 20-D. La diferencia es que en este último aparecía la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. Contando en esta ocasión con Rajoy y siendo de verdad debate a cuatro candidatos a la Presidencia, los datos tampoco son para llevarnos las manos a la cabeza.
Fracaso del debate femenino
En esta campaña hubo un nuevo invento de Antena 3 que resultó un desastre. El debate de mujeres registró un escaso 12,7% de cuota de pantalla y sólo dos millones de telespectadores. Fue mucho menos visto que una gala de ‘Supervivientes’ de Telecinco. Así de vergonzoso. Un dato que unido al descenso de la audiencia del cara a cara entre Iglesias y Rivera en laSexta con Jordi Évole tampoco funcionó por segunda vez. Obtuvo 3,2 millones de seguidores y un share de 18,2%. Muy por debajo de los más de 5 millones de la anterior campaña.
Dicho sea de paso, al cansancio de los españoles por la repetición de las elecciones generales hay que sumar que la presencia de los partidos emergentes en la televisión es ya una vieja conocida. Por eso, a estos tampoco se les ha visto tanto en la pequeña pantalla. Mientras, por otro lado, Rajoy ha redoblado su presencia. Si en la anterior campaña rechazó ir al debate y al programa de Pablo Motos, en esta ocasión ha ido a por todas.
Con gloria
Los grandes mítines son historia. El Partido Popular, también el PSOE, ha visto que la presencia televisiva fue una buena forma de estar presente y darse a conocer a los nuevos partidos. Lo que no sabemos es si ya se les ha hecho tarde. Aunque bueno, poco pesa llegar tarde a la mesa si te reciben con gloria. No es lo mismo pasar por una entrevista masaje de Ana Rosa y Pablo Motos, que ponerse delante del objetivo de Ana Pastor. Claro está.
Queda esperar a que tras esta pequeña campaña electoral televisiva la frecuencia de estos partidos, de sus cabezas de lista o ya representantes en las cámaras sea lo bastante proporcionada a sus mítines televisivos. Que sigan dando la cara al ciudadano, con entrevistas u otros formatos, pero nunca negando preguntas en ruedas de prensa ni compareciendo tras una pantalla.
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