Netflix apuesta por la comedia con raíz gallega en 'Animal', una serie creada por Víctor García León que explora el choque entre lo rural y lo urbano a través de Antón, un veterinario de pueblo que ve cómo su mundo se desmorona con la crisis del campo. La nueva ficción, que está siendo tildada como la mejor del año en la plataforma por la crítica y que llega hoy viernes 3 de octubre con sus 9 capítulos, está rodada en localizaciones exteriores de Galicia y convierte la ficticia localidad Topomorto en un personaje más: un lugar donde la tradición y el paisaje son tan importantes como los conflictos de sus habitantes.
Luis Zahera ('Entrevías', 'Vivir sin permiso'), que encarna a Antón, nos reconoce en esta entrevista exclusiva para El Televisero la sensación de haberse encasillado actoralmente tras haber interpretado a muchos malos en su carrera. Sin embargo, en 'Animal', los espectadores se sorprenderán gratamente y conocerán a un personaje que le obliga a salir de su zona de confort y descubrir un humor muy irónico que nace del drama.
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Junto a él, Lucía Caraballo ('Estoy vivo', 'Perdiendo el juicio'), que interpreta a Uxía, la sobrina extrovertida y simpática de Antón que dirige una boutique de mascotas de lujo, en la que el protagonista termina trabajando, a regañadientes. Ambos intérpretes coinciden en la necesidad de visibilizar el éxodo rural y la desconexión de las nuevas generaciones con el mundo rural. ¿Cómo ha sido rodar en Galicia y con animales? La entrevista, a continuación.
¿Quién es más indomable de los dos?
Luis Zahera: ¿Qué sería indomable? Define indomable (bromea)
Lucía Caraballo: Anárquico. Que no se le puede domar.
Luis: Hombre, yo. Sí, yo diría (ríe) Yo soy un poco caos. Ella es el orden y yo soy el caos.
Lucía: Diría que soy bastante responsable, pero bueno, yo creo que hemos funcionado muy bien.
Luis: El caos funciona bien con el orden.
Luis, quería empezar contigo y preguntarte. Estamos tan acostumbrados a verte en el papel de malo, que estar ahora en una comedia protagonizándola y con esa ironía tan chula que tiene Antón, sorprende. Te lo pregunto un poco desde la ignorancia, porque parece que al actor a veces se le encasilla.
Luis: Sí, es cierto que estoy un poquito encasillado o estaba un poquito encasillado, así de malo, pero el problema no es que te encasillen, el problema sería no trabajar, pero hombre, encantado de coprotagonizar esta comedia con Lucía, y que te den una oportunidad de hacer otro tipo de personajes. Yo llevaba mucho tiempo colaborando con Alea Media como un gran malvado, como Ferro y Ezequiel, con 'Vivir sin permiso' y 'Entrevías', y Aitor Gabilondo me dio el chance para hacer esto y estoy encantado, porque es lo que queremos nosotros, jugar de una cosa, jugar de otra y estoy encantado de hacer comedia, con un personaje así, un tanto complicado, pero buena persona, es muy buena persona.
¿Qué es lo más difícil de hacer comedia?
Lucía: Para mí la comedia juega muchísimo con la vulnerabilidad y con el ridículo propio. Te tienes que poner ahí y es a veces incómodo, pero también es un territorio súper bonito de explorar. El ver que tienes puedas ser motivo de risa y ponerlo ahí y atreverte me parece súper bonito.
Refleja muy bien la serie el éxodo rural, la crisis del campo. ¿Creéis que esta serie ayuda también para hacer esa denuncia de lo que está pasando?
Lucía: Yo creo que sí, que está pasando, se está vaciando el mundo rural y en la serie creo que se ve bastante bien esa contradicción a la que se enfrentan los personajes de los Andrade, que se tienen que enfrentar contra macroexplotaciones ganaderas y todas las dificultades que tienen que atravesar. Entonces, creo que está muy bien reflejarlo en una serie, encima, en tono de comedia.
Luis Zahera: El 80% de la población vive en zonas urbanas, el 20% en zonas rurales, está pasando lo que está pasando y, hombre, está bien reflejarlo de alguna manera, desde la comedia, y aportamos nuestro granito de arena de intentar recuperar aquel mundo que había y que lo urbano, que representa el personaje de Lucía Caraballo, también tiene su mérito, que las nuevas generaciones están ahí, que luchan por la vida, por el amor...
Lucía Caraballo: Sí, pero nos perdíamos muchas cosas. Ahora que llevamos un rato hablando de la serie, pienso que yo no he vivido en lo rural. Y tú, sin embargo, puedes vivir las dos cosas. Y yo no puedo vivir ese contacto con los animales rurales, que estaba oyéndote hablar de tu infancia y digo: "Oye, qué bonito"
La serie también plantea y critica el trato infantil que les damos a las mascotas. ¿Qué conclusión habéis sacado?
Luis Zahera: Yo creo que aprendemos el uno del otro. Es decir, mi personaje, tiene una relación profesional con los animales, estrictamente profesional. Y el personaje de Lucía los quiere como a personitas, para ellos son personitas. Yo aprendo de ella y ella aprende un poco de mí, creo yo.
Lucía: Sí, yo creo que también. Hay algo muy bonito de tratar a los animales como personitas y como bebés, pero también hay mucha infantilización y creamos necesidades. Me encanta comprarle todos los chintófanos a mi gata, pero igual estoy creando necesidades que no tiene.
¿Estáis a favor de tratar a los animales así?
Lucía: Yo creo que sí. Yo creo que lo primordial es el bienestar animal y entonces hay perros y gatos con problemas de conducta, que al final tienen muchísima ansiedad. Parezco Uxía hablando (risas), ahora mismo hablando. Pero es que tienen mucha ansiedad y que haya especialistas, es genial. Pero creo en el respeto a todos los puntos de vista, siempre que sea el amor hacia los animales y el bienestar animal. Para mí es respetable y no hay que estar ni en contra ni nada del otro punto de vista.
Luis: Yo completamente de acuerdo con lo que acaba de decir Lucía. El respeto a cualquier punto de vista, es decir, si quieres amar a un animal hasta esos términos, pues perfecto. Yo quiero añadir que, hombre, yo ya tengo una edad, y me acuerdo de cuando se veía el maltrato a los animales por la calle. En mi colegio veía, yo qué sé, como con la gasolina de aquellos mecheros, se mojaba un gorrión, se le prendía fuego y se le echaba a volar. Eso lo veías de niño en aquella España y, hombre, eso cambió, yo creo que cambió para mejor y si tú quieres tener un vínculo afectivo llevado a lo inimaginable con el animal, pues bienvenido sea, en vez de todas aquellas barbaridades que se veían.
La serie se ha rodado en exteriores de Galicia.
Lucía: Claro, es que a mí me ha flipado. Porque es que yo no he estado en contacto con el mundo rural más de tres días. Mi familia es gallega. Mis abuelos de Pontevedra tenían una casa como las afueras de Pontevedra y tengo esos recuerdos de niña, pero no con contacto con lo rural directamente. Íbamos a una casa ahí, a la playa, y a mi abuelo sí que le veía que era un poco más rural, pero a mí me ha fascinado. Y ver a esos ganaderos y ver a Luis metido en el barro, que se te nota que tiene una naturalidad en ese medio que yo no tengo... Creo que ha sido muy fácil jugar a favor de la serie, pero es que es verdad. A mí me ha flipado. Yo veía a las vacas y de verdad decía: ¡Vacas!
Luis: Se emocionaba de verdad. Como si fueran extraterrestres.
Después de haber trabajado en este proyecto, ¿qué animal os define más?
Lucía: Me dicen lo del lémur bastante, repetidamente, que soy bastante preciada a un Lémur, pero yo prefiero decir que soy un gato. Dos parejas me han dicho que me parezco.
Luis: Mi animal preferido es Lucía Caraballo.
Lucía: Pero serías un lobo.
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