Termina 'OT 2023' y todavía no está muy clara la magnitud del fenómeno. No se sabe cuánta gente ve las galas y hay que basarse en especulaciones para dimensionar el éxito del programa. Por lo que elaboro la siguiente teoría en base a las masas enardecidas que acudieron a las firmas de discos y agotaron las entradas de los conciertos en la gira prevista. Pero también me baso en el “sentir de la calle” para decir que 'Operación Triunfo' ha dejado de ser un fenómeno intergeneracional para convertirse en un producto de nicho para gays and girls. Y en ese nicho su éxito es apabullante.
A ver, tampoco es que la generación de Sabela fuera consumida en masa por los abuelos de Pontevedra, pero sí que en esta nueva edición se ha concretado mucho más el perfil del espectador. No deja de ser una consecuencia lógica y predecible al pasar de estar en abierto en la televisión pública a emitirse en una plataforma de pago con consumos mucho más específicos. Por ello, Chenoa, teniendo en cuenta que la media de edad de tus espectadores debe ser de 21, creo que ya va siendo hora de dejar de dar la bienvenida al público con eso de señores y señoras.
La población joven de España se ha volcado con el programa y los habitantes de Twitter se han ido rindiendo al fenómeno vista la dimensión que adquirían sus ecos. No sé si es algo positivo, o todo lo contrario, pero lo que no ha logrado esta edición seduciendo a todas las generaciones sí que lo ha conseguido abarcando a los distintos perfiles ideológicos. Nos encontramos ante la versión de 'OT 2023' menos politizada de los últimos años. Ni debates sobre “mariconez”, ni flamencas desubicadas haciendo alegatos sobre tauromaquia, ni Noemí cagándose en la Falange... Nada, ni un genocidio en Oriente Próximo ha conseguido despertar de su corrección a la academia.
Lo que hemos perdido en transgresión con el salto de 'Operación Triunfo' a Prime Video lo hemos ganado en eficiencia productiva. El capitalismo ha abrazado el formato reduciendo su duración hasta un metraje mucho más apetecible. Las galas, que no llegan a las dos horas, han sabido mantener la esencia del formato condensado su contenido en una escaleta mucho más dinámica.
No hay tiempo para aburrirse en uno de los mejores programas que se han creado en España. Han pasado más de 20 años desde su primera edición y el formato sigue siendo un fenómeno social y, por lo que supongo, un éxito televisivo. Pocos programas de televisión tienen este expediente. 'OT 2023' ofrece un planteamiento infalible y una productora detrás que ha sabido moldear el formato a los tiempos.
¿Quién debe ganar 'OT 2023' y por qué Naiara?
El programa llega a su fin y toca elegir a sus ganadores. Aquí dejo la objetividad a un lado y digo abiertamente que todo lo que no sea que gane Naiara me parecerá decepcionante. La maña reúne todas las cualidades para este show: el talento de una estrella cuando se encienden los focos y la espontaneidad de actuar sin tapujos cuando se baja del escenario. Todo lo que tiene de artista lo tiene de natural.
En estos tiempos de falsas autenticidades, en el que las chicas emancipadas del barrio de Salamanca abren teterías en Lavapiés, el triunfo del pueblo es que gane una obrera de verdad. Una tía autodidacta a la que nadie le ha regalado nada y lleva años sudando escenarios de pueblo con su orquestra. Impecable en todas sus actuaciones, no sabemos cómo será su carrera a partir de ahora, pero la victoria de Naiara en 'OT 2023' sería el broche de oro para darle sentido al título del programa.
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