Mediaset España ha hecho oficial este martes la noticia que saltaba hace unas semanas sobre la salida de Borja Prado del grupo de comunicación tras 22 meses en el cargo de presidente. Una retirada que tendría como condicionantes, según adelantaron El Economista y El Confidencial, su oposición con la línea editorial de la compañía y su conflicto con el consejero delegado, Alessandro Salem.
El juego de tronos no ha sido un secreto en el periodo de transición que ha afrontado Mediaset en los últimos meses. Según se publicó, el expresidente de Endesa pretendió extralimitarse en sus funciones de injerir en la línea editorial de Telecinco, hasta que se produjo una reestructuración de la cúpula directiva en junio y quedó relegado a responsabilidades meramente institucionales.
Mediaset le arrebató así a Borja Prado sus competencias ejecutivas en el ámbito editorial a pesar de que, al principio, se indicó que tendría un gran peso "en las labores de apoyo y colaboración editorial de los programas informativos" de la empresa audiovisual. En ese aspecto, el Confidencial Digital aseguró que esta reconfiguración en el organigrama, que le desposeía de las funciones dadas inicialmente, causó malestar en el magnate.
Además, Informalia sacó a relucir una guerra interna sin precedentes entre él y Alessandro Salem, actual Consejero Delegado tras la marcha de Paolo Vasile. Este portal ya aireó que las rencillas entre ambos directivos estaban propiciadas por las intenciones de Borja Prado de ser excesivamente influyente y por los intereses enfrentados respecto al futuro de Jorge Javier Vázquez. El Confidencial aseguró en mayo que Prado no quería que el comunicador catalán continuara siendo un rostro de Telecinco mientras Salem sí abogaba por mantener su talento.
Entretanto, El Independiente sostenía hace pocos días que la obsesión del banquero por la adquisición de la Cadena SER con un afán expansionista iba en contra de los intereses de la familia Berlusconi, que abogaba por no hacer operaciones e inversiones de tal calado en estos momentos. Esto, según el citado medio, habría sido otro actor clave y definitorio en la caída de Prado.
"Borja Prado Eulate ha presentado hoy su dimisión como presidente y miembro del Consejo de Administración de Grupo Audiovisual Mediaset España Comunicación, en la reunión de este órgano celebrada esta misma mañana. La decisión tomada será efectiva a partir del próximo 31 de diciembre", arranca el comunicado emitido por Mediaset este 19 de diciembre.
"El Sr. Borja Prado fue nombrado consejero de Mediaset España en el año 2004, coincidiendo con la salida a Bolsa de esta compañía, primero con la categoría de independiente y, posteriormente, con la de dominical. El 20 de abril de 2022 fue nombrado presidente de Mediaset España, sucediendo en el cargo a D. Alejandro Echevarría, y ha conducido con éxito a la compañía a través del proceso de OPA, segregación y posterior fusión por absorción con la matriz del grupo, MFE-MEDIAFOREUROPE, culminado el pasado mes de mayo. Tras ello, ha seguido ocupando la presidencia de Grupo Audiovisual Mediaset España Comunicación", prosigue el texto.
"Todo ello supone, según palabras del Sr. Borja Prado, 'la culminación de un largo periodo de servicio para el Grupo Mediaset, al que siempre he prestado mi ayuda, defensa y colaboración desde que, hace más de 23 años, fui nombrado consejero'. El Consejo de Administración ha agradecido al Sr. Prado 'el tiempo, dedicación y apoyo que ha brindado en todo momento y las inestimables aportaciones que ha realizado a la compañía durante todos estos años'", concluye dicho comunicado de Mediaset.
Con todo, se cierra así un mandato efímero. La toma de posesión de Borja Prado como presidente de Mediaset se produjo en marzo de 2022 con la salida de Alejandro Echevarría tras 26 años al frente de este puesto. Fue un nombramiento muy personal de Silvio Berlusconi como así desveló en su momento El Confidencial. El difunto político y empresario confió en él porque, en su opinión, sabía bien lo que era presidir una gran empresa al haber sido presidente de Endesa entre 2008 y 2019.
Sin embargo, el directivo abandona el barco a las bravas en el peor momento de Mediaset con una imagen tremendamente cuestionada, sin poder haber consumado nada de lo que pretendía y, como decimos, con un conflicto con los consejeros delegados del grupo audiovisual que -insistimos- tiene muy pocos precedentes en el panorama mediático.
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