Muchos compañeros de concurso le han echado en cara a Cristian Suescun su papel como Dios y la escasa ayuda que les está proporcionando.
La proclamación de Cristian Suescun como nuevo Dios durante la segunda gala de ‘Supervivientes 2020’ prometía regalarnos grandes momentos y así lo ha hecho. En un primer momento, su inseguridad a la hora de elegir líder provocó carcajadas entre los supervivientes. Ahora, su escasa actividad y poco compañerismo han provocado las críticas por parte de algunos de sus compañeros.
En los cayos, frente a Rocío, Cristian le sugería ir a pescar. Sin embargo, la respuesta de la superviviente le ha provocado cierta sorpresa al responderle que ella “ya estaba trabajando”. Poco después, Ana María Aldón también se ha sumado a la queja y le ha recriminado su actitud mientras limpiaba la playa alegando que “no hace nada y solo se toca las pelotas”.
Más tarde, cuando conversaba amigablemente con Alejandro Reyes sobre sus planes futuros, el concursante desvelaba que algún día quería presentar ‘Supervivientes’. José Antonio Avilés ha reaccionado ante esta sorprendente declaración alegando que, con su actitud, no podría conseguirlo. Ana María Aldón ha aprovechado para poner en valor el papel de Jorge Javier como conductor del programa y, entre risas, Cristian apuntaba que Jorge “también se tocará las bolas en sentido literal”.
En plató, Sofía cree que la actitud de su hermano se debe a un tic. Además, le ha consentido su actitud justificando su condición de dios. “Sinceramente se ha ganado el puesto de Dios y no tiene porqué hacer las tareas”, ha asegurado la de Navarra. “No es para nada criticable y tiene el poder de hacer lo que quiera, lo que pasa es que los demás en vez de criticarlo deberían haberse ganado el puesto como Dios”, proseguía Suescun.
Ha sido entonces cuando Fabio le ha echado en cara nuevamente la actitud de su hermano. Sofía defendía a su hermano diciendo que “la semana pasada ya hizo su función como superviviente y esta semana no tenía por qué hacerlo”. También ha recordado que Hugo, en su papel como dios, no hizo gran cosa.
Este no ha sido el único comportamiento de Cristian que ha levantado ampollas. El dios, cuando le han pedido los siervos que consiguiese alguna brasa, ha reclamado una lata. Los siervos se han negado y José Antonio de manera voluntaria se ofrecía a limpiarle su zona o a darle un masaje, pero el dios parecía no estar dispuesto. Los mortales tampoco parecían estar dispuestos a darles la brasa. Rocío Flores y parte de los mortales se mostraban contrarios al intercambio ya que, a sus ojos, lo veían injusto. Finalmente, y a cambio de la lata, Cristian ha conseguido la brasa.
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