El pasado jueves, y como cada semana, arrancaba una de las galas más especiales de 'Supervivientes'. Esta especialidad radicaba en la terna de nominados, pues todos ellos han sido protagonistas indiscutibles de la edición. Tanto el paso por la isla de Kiko, como el de Laura o Edmundo ha copado horas y horas de galas, debates y programas que analizan los detalles de lo ocurrido en Honduras. Y como la noche era solo de ellos, parece que la gala se vertebró en tres partes para cada uno de los náufragos candidatos a la expulsión, sin importancia del resultado final.
Así, la gala empezó con Laura Matamoros como protagonista. Como es habitual en los concursos en los que la familia Matamoros-Flores participa, todo el clan viene incluido implícitamente cuando uno de sus miembros firma para participar en el reality de turno. La polémica de esta semana se resume en el malestar de la familia de la ganadora de 'GH VIP 4' por las no visitas que esta recibe durante su estancia en Honduras. Que si Diego estaba en el contrato de su hermana como visitante, que si la productora no quería ver el reencuentro del ex superviviente con su hermana por estar ya muy manido el culebrón, que si se quería la visita de hermana menor y demás líos ocuparon la mayor parte del inicio del programa, que dedicó un tiempo a desmontar la fantasía que Diego había traído preparada de casa. Con el rabo entre las piernas y acorralado en territorio enemigo, Matamoros se vio forzado a pedir un perdón que seguro traerá cola.
Kiko ocupó la segunda tanda de la gala. Esta vez, el nominado vio su cumpleaños envuelto en polémica por el reparto de una tarta que nunca llegó a sus compañeros. El viceverso decidió compartir el dulce con su novia y así privar a los otros concursantes de probar el regalo de la organización, lo que vino respondido con reproches después de que estos descubrieran el verdadero tamaño de la tarta, pues los protagonistas redujeron su tamaño para evitar broncas. No sería la única pelea a la que se enfrentaría, pues desde la unificación es imposible encontrar una imagen de Kiko en el que no esté discutiendo, insultado o faltando el respeto. El objetivo es lo de menos, pues tanto le vale su propia pareja como aquel concursante con el que haya decidido descargar su frustración semanal. Y hablando de su pareja, esta sí que se ha visto en el ojo del huracán. Resulta que sus compañeros especulan con la posibilidad de que Gloria haya pactado con la productora un final de concurso en el que ella sería la ganadora. En otras palabras, que el concurso está amañado para que la hija de Rocío Jurado ganase. Las palabras de estos concursantes se fundamentan en declaraciones de Leticia Sabater que aseguro a Paola haber visto el documento que certifica la victoria anticipada de Gloria. Esto, como es natural, enfureció al presentador que negó en todo momento esta información. Pero claro, para los supervivientes no es muy difícil pensar que este acusación es verdadera, pues son testigos de cómo en cada gala se premia a Gloria con excusas cada vez menos factibles.
La peor de las partes se la llevo el tercer nominado, Edmundo. El novio de María Teresa pagó con creces el fraude de concurso que ha hecho desde abril y la audiencia lo castigó haciéndole salir del concurso en su primera nominación. Poco más se puede decir del humorista, pues ni siquiera aprovechó los minutos iniciales que se le concedieron para defender su permanencia en el concurso. Como tontos no son en Honduras y saben que el culebrón Campos no puede acabar tan pronto, mandaron al chileno a la Casa del Árbol, que viene siendo una versión selvática del mítico palafito. Allí, apartado y en silencio, pasará Edmundo una semana, haciendo lo mismo que ha hecho durante casi dos meses pero ahora con excusa. Acaba aquí el penoso recorrido hondureño del nombrado como concursante estrella de la edición. ¿Habrá pesado que su novia no entrara en contacto con él como se prometió el pasado domingo?
Entre pitos y flautas, cambios de localización y peleas, los concursantes encontraron sitio para disputar la prueba de líder que daría a Iván como ganador por segunda semana consecutiva. Precisamente él, junto a Alba, recibieron la visita de sus familiares para alentarlos en la recta final del concurso. Mientras estos se fundían en besos y abrazos con sus más allegados, el plató temblaba al recibir a Leticia Sabater en calidad de última expulsada. Sería muy poco justo no reconocer el espectacular concurso, tanto a nivel televisivo como competitivo, que la ex presentadora ha realizado, pero como suele pasar en casos como el de ella, el pasado pesa mucho y en esta ocasión ha pasado factura. No se equivocaba la audiencia, pues Sabater recuperaba nada más pisar Madrid la faceta rastrera que los últimos años ha mostrado por los distintos platós, perdiendo de golpe el cariño que se había ganado durante su aventura.
Tras la desafortunada intervención de la cantante, que le valió una reprimenda severa de la mujer de José Luis, los concursantes fueron desfilando por la zona de nominaciones para indicar que dos compañeros debían subir a la palestra de cara a la semana que viene. José Luis y Kiko empataron a cuatro puntos en la cabeza dela lista, por lo que se convirtieron automáticamente en los nominados del grupo. Por parte del líder, Gloria se une a su novio y su enemigo como tercera nominada. Esta última estará atada a Laura Matamoros como penalización por no cumplir el reto de pescar 15 peces en una semana.
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