El brote de Ramón García en ‘En compañía’ tras lo que hace un espectador: «Adiós, buenas tardes»

Rara es la tarde que Ramón García y su compañera Gloria Santoro no viven un momento gracioso o controvertido durante el concurso de la llamada en el que proponen a los castellano-manchegos que puedan llevarse el jamón de ‘En compañía’.

La sección es muy sencilla. El espacio de CMMedia llama cada tarde al azar a un pueblo de Castilla-La Mancha. Y si al descolgar la persona dice la frase ‘Ramón, ¿me regalas el jamón?’, el espectador se lleva un jamón de premio.

Es una sección parecida a la de la tarjeta de ‘El hormiguero’ de Pablo Motos. De hecho recientemente, una espectadora confundía el concurso y le pedía a Ramón García la tarjeta de ‘El Hormiguero’ en vez del jamón.

Este lunes, el programa llamaba a una casa de Toledo capital. Lo que no esperaban Ramón García y Gloria Santoro es lo que iba a pasar durante esa llamada. «¿Dígame?», contestaba un señor al otro lado del teléfono. «Hola, buenas tardes», le saludaba Ramonchu. «Dígame», repetía el hombre.

«Hola, somos Gloria y Ramón de ‘En compañía’, los del jamón«, le explicaba el presentador. «Ohh, Gloria y Ramón, los de ‘En compañía’ del jamón», replicaba el espectador. «Si señor, ¿cómo está usted?», le preguntaba el vasco. «Ehh, los del jamón, los de ‘En compañía’, los del jamón», repetía una y otra vez el señor.

«¿Pero lo está repitiendo usted o se lo está contando a alguien?», trataba de saber Gloria Santoro. «A mí mujer que la tengo aquí conmigo y es lo más grande que tengo», soltaba entonces el espectador a gritos provocando que a la copresentadora le cambiara la cara. «Oh, mira qué bonito», aplaudía Ramón García al escuchar el piropo.

Ramón García cuelga la llamada a un espectador: «Para graciosos ya estamos nosotros»

Pero la cosa no se quedaba ahí. «¿Cómo se llama usted?», se interesaba Gloria Santoro. «¿Eh? Pues a donde habéis llamado vosotros», contestaba él. «No, hombre el nombre suyo», le replicaba Ramón por si no lo había entendido. Pero el espectador seguía en sus trece. «¿Cómo se llama usted?», repetían. «¿A dónde llama usted?», volvía a decir el señor.

«Hemos llamado a Toledo capital», explicaba entonces el presentador. «Si, pero a dónde llamais», repreguntaba el espectador. «Pues a su casa coño, donde vamos a llamar«, reaccionaba Ramón García empezando a desesperarse a lo que el interlocutor le repetía algo del «coño» antes de volver a preguntar que a dónde llamaban. Era entonces cuando el presentador no dudaba en cortar la llamada. «Gracias, adiós, buenas tardes caballero, que para graciosos ya estamos nosotros«, concluía Ramonchu.