ANÁLISIS | Semana del 2 al 8 de septiembre de 2019
Cualquier época del año es buena para devorar ficciones, pero el verano, y su laxitud horaria, ofrecen las mejores condiciones para disfrutar de una buena serie.
Hay pocos placeres en el mundo comparables al de leer un libro durante los meses de verano. La sensación de acostarse en la cama o espatarrarse al fresco con una novela entre las manos, sin la tiranía de la alarma, hacen del tándem lectura y verano un entretenimiento impagable. Lo de ver una serie durante la mejor estación del año no es exactamente lo mismo, pero se le parece. La predisposición de cuerpo y mente es otra, y en consecuencia, el disfrute de la obra es pleno.
La televisión convencional y su desgana estival ponen especialmente las cosas fáciles al espectador para buscar contenidos más allá de los canales habituales. A falta de dos semanas para terminar el verano y con el inicio del curso televisivo en ciernes, pongo en valor dos ficciones extranjeras. Y lo sé, ya tienen unos meses y en este siglo del consumo inmediato voy tarde, pero creo que las vacaciones me ofrecieron el mejor marco ambiental para disfrutarlas.
Antes de que todo el mundo hablara de la segunda temporada de ‘Élite’, el reinado de lo más comentado en redes era para ‘Euphoria’. ¿Cuándo dejaré de ver series sobre adolescentes? Ya hace algún tiempo que abandoné esta gran etapa de la vida y todavía me engancho a cualquier producto audiovisual que la retrate. Pero lo de ‘Euphoria’ ya es otra cosa, o eso nos decimos los adictos a ella para justificar nuestro enganche a otra ficción teen.
Esta serie de HBO se salta todos los convencionalismos narrativos y estéticos para ofrecer un nuevo modelo de serie adolescente. La estructura clásica de conflicto identitario típico de la edad, aceptación de uno mismo y resolución social salta por los aires. En ‘Euphoria’ los personajes no marean al espectador con sus debates internos, los dejan fluir sin necesidad de incidir en ellos. Siendo tremendamente dura, la serie hace de la sutileza su virtud. No solo su guión rompe con lo visto hasta ahora en el género, también a nivel visual la serie ofrece un nuevo punto de vista. Planos que van más allá de una mirada plana o transiciones temporales que hacen de ‘Euphoria’ una delicia para todos los estetas.
Otro de los grandes productos que se puede visionar a través de HBO es la británica ‘Years and Years’. Un drama familiar ambientado en un futuro no muy lejano, enlatado en una primera temporada de seis capítulos. Los haters de la ciencia ficción que no sufran por esto del salto en el tiempo, poco o nada tiene que ver la serie con mundos de fantasía futurista. La ficción de la BBC retrata más bien un presente adelantado, la realidad en que se desarrollan sus personajes ya forma parte de nuestros días, o lamentablemente le queda muy poco para hacerlo.
‘Years and Years’ es una crítica abierta al sistema, pero sobre todo a los que habitamos en él, por ser los únicos responsables del modelo socioeconómico establecido. Cada acción personal termina desembocando en una consecuencia global; tecnologías que substituyen personas, comodidades de unos que son cadenas para otros y populismos políticos sin careta que se expanden por todo el mundo. Poco tiene que ver esto con la fantasía cuando forma parte de nuestro día a día. Pero más allá de ofrecer una visión adelantada de los tiempos, lo mejor de la serie británica es la capacidad de contarlo a través de un drama familiar. Un análisis del sistema capitalista a través de la primera institución en la que sociabilizamos nada más nacer.
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