Àlex Monner regresa con fuerza a la pantalla al encarnar una vez más a Marc Ribó en la esperada segunda temporada de 'La Ruta'. Esta nueva entrega, titulada 'La Ruta. Vol. 2: Ibiza', traslada al DJ valenciano al epicentro de la noche mundial: la isla de Ibiza en los años noventa. Lejos del punto de partida en la escena valenciana de la “Ruta del bakalao”, Marc desembarca en 1996 como DJ residente en la mítica discoteca Amnesia, justo cuando la isla comienza a transformarse en la capital global del ocio.
Pero el reto interpretativo de Monner va aún más allá: en esta temporada asume un doble papel al dar vida también a Manuel, el padre de Marc, dentro de una línea temporal ambientada en los años setenta. Este espejo entre generaciones nos va a permitir explorar cómo la herencia familiar, la música y la transformación de un país se entrelazan. Marc se convierte así en el reflejo de su progenitor: la juventud, la ambición, la música, la vida en Ibiza y también la búsqueda de identidad ante un paisaje que ha cambiado drásticamente.
En esta segunda temporada, 'La Ruta' se reinventa sin perder su esencia. Ibiza sustituye a Valencia, pero la pulsión vital, la efervescencia nocturna y el deseo de libertad permanecen intactos. El actor ofrece una una vez más una interpretación madura, introspectiva y emocional, que muestra la evolución de su personaje desde la euforia del éxito hasta la confrontación con sus propios límites y heridas.
En definitiva, 'La Ruta. Vol. 2: Ibiza' nos propone un viaje emotivo y vibrante: la música, el ocio y un lugar mítico se cruzan con las huellas del pasado y con el desafío de reinventarse. Y en el centro de esa transformación está Marc Ribó, interpretado por Àlex Monner, quien no solo afronta un nuevo escenario profesional, sino que además debe medir su legado, enfrentar sus fantasmas y decidir qué tipo de DJ, y qué tipo de hombre, quiere ser. De todo ello hablamos en exclusiva con el actor catalán durante la presentación de la segunda temporada en el Festival de San Sebastián.
Álex Monner, ¿cómo ha sido este segundo viaje?
ÁLEX - Es un viaje muy intenso, que me ha pillado una etapa como muy larga de mi vida, han sido como ocho meses de proceso. Ha sido como un parón en mi vida, digamos, cotidiana, que no tiene que ver con el trabajo y ha sido en plan: "Venga, métete a subir la montaña esta". Y ha sido un viaje espectacular, rodeado de gente a la que quiero y muy contento.
¿En qué punto dejaste a Marc en la otra temporada y en qué punto lo coges en esta?
ÁLEX - Yo creo que a Marc en la primera temporada se le deja en un momento donde se está despidiendo de todo lo que ha sido en un sitio muy concreto, que es Valencia, y en una escena también muy concreta, muy reducida, en el sentido de que, bueno, al final, eran solo en Valencia y despidiéndose de toda una serie de gente que han simbolizado, que han sido muy importantes en momentos anteriores en su vida. Estas personas, de alguna forma, desaparecen en la segunda temporada, pillamos a Marc tres años después, y enganchamos a Marc en un momento un poco enfadado con el contexto que le rodea, porque siente que estos DJ ingleses que están cada vez montando más fiestas en la isla, están usurpando su lugar en la isla como DJ, y eso acarrea una serie de contradicciones. Se contrapone esta trama con la trama de Marc siendo padre, y cuando entra la paternidad en juego digamos que afloran todas unas contradicciones que es lo que vamos a ver.
Lo interesante de esta temporada es que vas a volver a ser Marc y vas a interpretar también a su padre. Esto pocas veces sucede en la carrera de un actor o una actriz. ¿Cómo ha sido para ti este reto?
ÁLEX - Ha sido como lanzarme a la piscina. Había como dos vertientes, se podía hacer un personaje que se pareciera mucho a Marc, que se pareciera mucho a él, o intentar encontrar algo a nivel físico, de voz, como una construcción de personaje que le alejará muchísimo.
La voz de cada personaje es diferente, el andar también... Psicológicamente, para ti como actor, ¿cómo se trabaja esto?
ÁLEX - Por suerte, nunca rodábamos un lunes, Marc, un martes el padre. O las semanas en las que sí, había el día bisagra entre las dos temporalidades, o sea que se rodaba. Hicimos años 90 y 70 en Valencia y años 90 y 70 en Ibiza. En el momento en el que el cuerpo está colocado, la voz está bien colocada, ahí es donde aflora todo el recorrido psicológico que el personaje tiene que tener, más que estar tú pensando en qué es lo que el personaje estaría pensando. Yo creo que es más una consciencia física concreta y a través de aquí nace una mirada concreta, nace una forma de encajar lo que te dicen los demás concreta, una forma de no entender o entender qué es lo que los demás personajes están ofreciendo. En mi caso viene del físico, de una consciencia física concreta.
¿Cómo vamos a recordar 'La Ruta' dentro de unos años?
ÁLEX - Yo, sin duda, la voy a recordar como un proyecto muy importante para mí, que me ha permitido explorarme como actor y como persona de una forma muy nutritiva y siempre la voy a recordar con muchísimo amor y cariño. Me gustaría que se pudiera recordar como una de las mejores series que hemos hecho nunca.
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