La catarsis televisada de 'La Familia de la Tele' no ayuda a las audiencias, que caen a mínimo histórico en TVE

'La Familia de la Tele' hizo historia de la televisión este miércoles en La 1 de TVE al convertir su crítico arranque en audiencias y la situación tan complicada que está atravesando el equipo, delante y detrás de cámaras, en el eje del programa.

Una terapia a pecho descubierto y una especie de catarsis en directo, haciendo cómplice al espectador, que fue desde la amenaza de abandono de Belén Esteban y la desnudez emocional de colaboradores y presentadores sobre cómo se sienten por los datos y las críticas hasta la involucración de la cúpula de RTVE, reunida para decidir sobre el futuro del programa en la parrilla de La 1.

En definitiva, show sobre sus flaquezas sin complejos y con un ejercicio de honestidad y transparencia brillante que causó mucho revuelo en redes, que fue enormemente aplaudido, pero que sin embargo no se ha traducido en números de audiencia. Lejos de incrementarse los datos como cabía esperar, han descendido todavía más, agudizándose así el drama. 

Para empezar, el contenedor de 'La Familia de la Tele' marcó mínimo con un preocupante 8,7% de cuota de pantalla a pesar de que las series que alberga funcionaron estupendamente como viene siendo habitual: 'Valle Salvaje' obtuvo un buen 11,1% y 'La Promesa' un fabuloso 14,7%. 

Sin embargo, el programa conducido por María Patiño, Aitor Albizua e Inés Hernand desplomó los índices de share y se hundió en sus respectivas franjas de emisión al anotar sus peores métricas en los dos tramos que ocupa desde que arrancó la andadura. 

El primero de ellos, de 15:55 a 17:13 horas, firmó un mal 6,4% de share con 541.000 telespectadores. El segundo, de 19:08 a 20:32 horas, acusó como siempre la caída sin parangón de la curva heredada de 'La Promesa' y promedió un demoledor 5,5% y poco de más 400 mil fieles. En ambas partes el formato fue cuarta e incluso quinta opción por momentos.

Datos realmente duros para 'La Familia de la Tele', que sorprendentemente, como decimos, lejos de impulsar sus audiencias con esa catarsis televisada, mermó aún más sus ya alarmantes cifras.