Por qué el documental de Isabel Preysler es un intento fallido de replicar al de Tamara Falcó

Disney Plus ha estrenado este 5 de diciembre su especial navideño con Isabel Preysler. ¿Merece la pena verlo?

Isabel Preysler
Isabel Preysler con todo listo para Navidad. | DISNEY

La fiebre de los reality de famosos sigue a la orden del día en las plataformas. Sí, puede que sea una burbuja a punto de explotar. Porque la lista de celebrities es cada vez más larga. Ahí tenemos los especiales de María Pombo, de Tamara Falcó, de GeorginaIncluso deportistas como Fernando Alonso o Sergio Ramos ya han tenido sus propios reality. Y eso sin contar los artistas, como David Bisbal o incluso el propio C. Tangana. Disney Plus se ha apuntado al carro y, de cara a la Navidad, anunció uno nuevo que contaría con la elegancia en persona: Isabel Preysler.

Porque si hay alguien en España a la que le atribuimos constantemente el sinónimo de elegancia y buen gusto, esa es Isabel Preysler. La ex-mujer de Julio Iglesias, y madre de 5 hijos, se ha convertido por méritos propios en una de las socialité más famosas de nuestro país. Todos recordamos el mítico anuncio de los bombones Ferrero Rocher, ¿verdad? Largamente imitada, muchas han sido las que han tratado de copiar su estilo y se han quedado por el camino.

Siempre ha sido muy reservada en cuanto a su vida privada, salvo exclusivas mediante. Todo siempre ha estado muy medido, con cada palabra, con cada gesto, con cada imagen. Por eso sorprendió que accediera a la propuesta de Disney de hacer un pequeño reality de cómo prepara su Navidad. Decimos pequeño porque son solo dos episodios, de cerca de 40 minutos de duración. La expectación era muy grande, sobre todo después de ciertas críticas vertidas por gente como Jorge Javier Vázquez o Carmen Lomana. ¿Está el especial ‘Isabel Preysler: Mi Navidad’ a la altura de las expectativas? Lo cierto es que no. Ni de lejos.

¿De qué va ‘Isabel Preysler: Mi Navidad’?

Para Isabel Preysler y su familia, la Navidad es una época muy especial. En esta ocasión, abre como nunca antes las puertas de su casa para mostrar en detalle todos los preparativos. Sus hijas, Tamara Falcó y Ana Boyer, se ponen manos a la obra para ayudar a su madre a volver a crear recuerdos inolvidables. Ella cuida hasta el más mínimo detalle de los preparativos, al tiempo que comparte con sus hijos, también los que viven fuera de España, la ilusión del presente y la nostalgia del pasado. La Navidad es, al fin y al cabo, un tiempo para recordar a los que ya no están. 

Isabel Preysler: Mi Aburrinavidad

Ya desde los primeros planos, podemos hacernos una idea de lo que tenemos por delante. Isabel Preysler hasta en la sopa. No debería sorprendernos, puesto que es su programa. Es su momento para brillar. Pero se nota desde la primera escena que todo está demasiado medido, demasiado estudiado hasta el milímetro, quitando cualquier rastro de naturalidad o espontaneidad. Y, al final, eso es lo que lastra toda la propuesta.

Sí, puede tener gracia ver el desayuno de Isabel Preysler, pero durante unos segundos, quizá con un montaje musical, pero no durante largos 5 minutos. En ellos, el entrevistador parece más aburrido incluso que la propia Preysler, que habla sin ganas. Sí, generalmente tiene una forma de hablar pausada y calmada, pero si el propio reality no tiene ritmo, todo se hace más tedioso y estirado.

Isabel Preysler, preparando todo en Navidad. / DISNEY

La protagonista del especial no deja de hablar de la Navidad, tanto ella como el entrevistador (aunque realmente no entrevista, solo lanza preguntas). Pero vemos poco de esta. No hay momentos de decoración, de cena navideña, o de preparación de las fiestas. Y entonces nos preguntamos: ¿es así la Navidad en la casa de los Preysler? ¿Sin un atisbo de diversión o espontaneidad? Porque Isabel es perfeccionista hasta decir basta. Se nota en un montaje final en el que no puedes pillarla en una mala pose, con una mala cara, o con una mala palabra. Todo se vuelve de cartón piedra. La ligereza y diversión de su hija Tamara aquí se diluye por completo. Y esa misma lo deja caer…

«Chabeli lleva una vida totalmente dedicada a su familia. Julio es el más cañero. Enrique, por fin, ahora tiene su familia. Tamara, toda espontaneidad. Y después está Ana: sigue siendo mi bebé. Ojalá pudiésemos todos celebrar la Navidad». Ahí está la clave. Lo que tienen sus hijos se pierde en esta propuesta.

Poca chicha, mucha palabrería

Isabel Preysler habla, y con ganas, sobre esas navidades pasadas con Miguel Boyer (de Julio Iglesias… bueno, siempre ha hablado poco de él). Pero con los años parece haber perdido la fuerza o las ganas. Esta ventana a su casa era la oportunidad perfecta para darnos una masterclass de elegancia, de diseño, de decoración. No acaba decidiéndose por ninguna y todo acaba en un terreno de nadie que no satisface al espectador.

Carmen Lomana ha sido muy crítica con ella, y con los avances del programa. Puede que Lomana hubiera funcionado mejor como cabeza de cartel, desde luego. La socialité nunca tiene pelos en la lengua y le da igual en qué jardín meterse o qué batalla iniciar. Isabel Preysler nunca ha sido así, y debería haber mostrado esa cara que tanto esperamos de ella. Pero al final todo se queda en palabras, en recuerdos, más que en hechos que mostrarnos.

Así que ‘Isabel Preysler: Mi Navidad’ es una oportunidad perdida, y es una lástima, porque la base siempre ha estado ahí. Sus exclusivas en revistas para mostrar el interior de su casa siempre han sido famosas. Ahora tenía la oportunidad de ir un paso más allá, pero todo el rato tenemos la impresión de que la propia Preysler ha querido pisar el freno. Tendremos que buscar en otra parte la Navidad elegante que anhelamos…

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