Han pasado ya 15 años desde 'Déjame entrar', la cinta sueca que revolucionó el género de vampiros. La historia de Oskar, y cómo se hace amigo de Eli, una misteriosa niña que resulta ser un vampiro, es dramática, enternecedora y un coming of age precioso. ¿Por qué comenzamos la crítica con esta referencia? Porque 'Romancero' la tiene como base para su historia, o eso parece tras ver el primer episodio. Eso sí, la lleva a otros terrenos mucho más oscuros y sórdidos. Este 3 de noviembre se estrena en Amazon Prime Video, con los 6 episodios de golpe, cada uno de 30 minutos de duración.
La serie creada por Amazon tiene al guionista Fernando Navarro en el proyecto. Mismo autor de los libretos de 'Verónica' o 'Venus'. Además, Tomás Peña, director de videos de Rosalía o Katy Perry, es el encargado de dirigir los episodios. Y el tándem se nota en el resultado final. Todo ello se refleja en un acabado visual como pocas veces hemos visto en las series españolas, además de crear un lore interesante, aunque poco explorado.
'Romancero' está protagonizado por Ricardo Gómez, que sigue sorprendiendo tras su papel en 'La Ruta'; Belén Cuesta, que sigue demostrando proyecto tras proyecto ser una de las mejores actrices de su generación; Guillermo Toledo, que vuelve a reclamar un proyecto como protagonista; Alba Flores y Julieta Cardinali, en papeles secundarios pero vitales para la trama; y los casi debutantes Sasha Cócola y Elena Matic, que son los verdaderos protagonistas de la serie. Y eso es tener mérito, porque cargar una serie como 'Romancero' sobre las espaldas es un trabajo muy difícil, y ambos lo consiguen, creando una dinámica entre ellos que es lo mejor de la serie. Pero vamos a profundizar un poco más en las razones por las que 'Romancero' funciona, aunque no siempre.
¿De qué va 'Romancero'?
Cornelia es una niña a la que han robado la infancia. Jordán no es un niño, ni tampoco un hombre. Son dos jóvenes desamparados que escapan de las fuerzas de la ley, de poderosas criaturas sobrenaturales y de sí mismos. Romancero es la historia de esta huida, de los perseguidos y los perseguidores, enmarcada en una Andalucía desértica y cruel, tan real como mítica, durante una noche de pesadilla plagada de demonios, brujas y bebedores de sangre. Pero también de policías corruptos, de problemas familiares y de dejar atrás una vida de abusos continua.
Un apartado visual brillante
Ya desde la primera escena de 'Romancero' sabemos que estamos ante una serie diferente. Estéticamente, es rupturista con las series que solemos ver creadas en nuestro país. El trabajo de Tomás Peña y Uri Barcelona es brutal, gracias a un muy inteligente uso de la luz y del entorno de esa Andalucía rural y sucia que nos muestra la serie. 'Romancero' comienza con una huida. Una huida de dos niños. Uno humano, otra un monstruo. Pero dos niños al fin y al cabo que, poco a poco, iremos descubriendo cómo les han robado la infancia, y cómo escapan de un destino que ninguno de los dos quiere. Perseguidos por su pasado y por un pueblo enloquecido, que recuerda al 'Frankenstein' de James Whale, sustituyendo las antorchas por motos y bates de béisbol.
Al principio no tenemos muy claro lo que pasa, pero ese primer episodio nos cuenta lo justo y necesario para tenernos al borde del asiento. La huida de los protagonistas Jordán y Cordelia; la trama paralela de los dos policías que investigan una serie de muertes brutales e inexplicables... Todo ello en una noche azul cerrada, en la que cada sombra puede aparecer un monstruo o una amenaza. Lástima que el tono del primer capítulo se vaya diluyendo a lo largo de esta primera temporada. Porque desde el capítulo dos, la historia principal se mezcla con flashbacks para añadir peso a los distintos personajes, consiguiéndolo de forma bastante irregular.
No hay personaje bueno salvo los dos protagonistas. Los policías son corruptos e incómodos; la predicadora es peligrosa (no vamos a hacer spoilers); las familias, desestructuradas y a las que poco les importa sus hijos... Así que entendemos esa huida de los dos hacia delante, sin mirar ni un solo momento atrás. La serie es incómoda, explícita y dura en algunos momentos. Aunque acaba cayendo en los mismos clichés de siempre, pese a que, tras ver el primer episodio, podría parecer que iba a huir de ellos también.
Sasha Cócola, la estrella en ciernes
Pero si hay algo que levanta la serie son las actuaciones de su elenco principal. Destacando a Guillermo Toledo. Lástima que sus polémicas fuera del audiovisual le hayan tachado de cara al gran público, porque Toledo sigue siendo un actor talentoso y diferente. Con poco te hace mucho, y aunque su personaje se queda a medio camino en desarrollo, Guillermo Toledo lo da todo, e incluso hace que caiga simpático un tipo tan desagradable como su Teodoro.
Ricardo Gómez vuelve a sorprender, con el papel más complejo de su carrera, que va hacia arriba sin parar. Si ya nos encantó en 'La Ruta', aquí nos da un personaje totalmente diferente, y sale muy airoso del reto. Al igual que Belén Cuesta, aunque su Carmen sea el más desdibujado de los tres. Pero Cuesta siempre está a un nivel altísimo, entregada en cuerpo y alma a cada personaje que pasa por sus manos.
Los que más sorprenden son los jóvenes Sasha Cócola y Elena Matic. Cócola, al que ya habíamos visto en otras series como 'Los hombres de Paco', demuestra que ha venido para quedarse (por muy usada que esté esa expresión). Con solo una mirada es capaz de transmitir el rencor y el dolor que siente su personaje. Hace un trabajo portentoso (también mérito de Tomás Peña, que se descubre como un buen director de actores), y su interpretación es de lo mejor de la serie. Una estrella en ciernes a la que habrá que seguir la pista.
Elena Matic, que prácticamente debuta en 'Romancero', es una actriz de Bosnia y Herzegovina. Sin apenas saber español, construye una Cordelia aterradora, pero también tierna cuando tiene que serlo. Otro de los puntos a favor de la serie de Amazon Prime Video.
Un final irregular
Lástima que la serie acabe cayendo en tópicos ya muy manidos y que se vaya desinflando según se acerca el desenlace. Desestructurar la trama no le acaba de venir bien, siendo su mejor episodio el primero, en el que la historia es lineal. Centrar los capítulos en tantas idas al pasado acaba provocando que desconectemos de la trama principal, que es lo más interesante de 'Romancero'.
A veces no hay que dar tanto trasfondo a los personajes y dejar que el espectador lo vaya descubriendo poco a poco. Al final acaban quedando descompensados y el ritmo decae según nos acercamos al desenlace, algo anticlimático y desperdiciado. De todos modos, es un gran acercamiento a un terror diferente, y de haber una segunda temporada, hay mucha base por explotar y hacer de 'Romancero' un referente.
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