Antonio García Ferreras volvió a ponerse al frente de una de las noches electorales más excitantes que se recuerdan con el especial 'Al rojo vivo: Objetivo La Moncloa' hasta altas horas de la madrugada. No obstante, perdió la hegemonía en audiencias que solía ostentar en este tipo de coberturas y fue destronado por el programa de TVE. Así, Ferreras firmó un 13,4% y el especial conducido por Carlos Franganillo y Alejandra Herranz en La 1 un 15,4%.
Y en un momento determinado de la intensa retransmisión que se vivió en el espacio de La Sexta, cuando el escrutinio se situaba por encima del 73% y permitía ver escenarios más claros, se sobreimpresionó en pantalla un rótulo de grandes dimensiones que, por su contenido, era imposible que pudiera pasar desapercibido para los espectadores.
Con ese porcentaje de votos recontados, el PP sumaba 131 escaños y el PSOE le pisaba los talones con unos inesperadísimos 128 diputados. Sin género de duda, fue la gran sorpresa de la noche. Ninguna encuesta demoscópica privada había apuntado esos resultados tan apretados y todas barruntaban una mayoría del bloque de la derecha que dejaba a Pedro Sánchez fuera de la Moncloa.
Pero finalmente no fue así. Los españoles tuvieron la última palabra en las urnas e hicieron saltar por los aires las previsiones. Una gran movilización del socialismo permitió que el PSOE resistiera estoicamente y contra todo pronóstico; frenando en seco el avance de la extrema derecha e impidiendo así una presidencia encabezada por Feijóo, cuya aritmética es incompatible para formar gobierno.
En contraposición, Pedro Sánchez comenzaba a tener cada más opciones de poder revalidar el gobierno de coalición de esta última legislatura. Eso sí, con las grandes complicaciones e incertidumbres que representa que Junts, el partido de Puigdemont, sea el que tenga la llave en esta ocasión.
En cualquier caso, en el programa de Ferreras se proyectó un rótulo que decía así: "Sánchez podría reeditar la mayoría Frankenstein". Para más inri, el propio presentador y algunos colaboradores lo verbalizaron en repetidas ocasiones. Cabe destacarse que es un término acuñado por los sectores de la derecha para tratar de atacar y desacreditar al Gobierno. Así las cosas, el controvertido faldón en cuestión no tardaba en dar que hablar en redes.
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