Blas Cantó hacía su confesión más íntima en 'Martínez y hermanos' y dejaba a Dani Martínez y al resto de invitados con la boca abierta
Esta semana se vivía uno de los momentos más surrealistas en 'Martínez y hermanos', el programa de Dani Martínez. El formato de Movistar+ contaba con Inés Hernand, Miren Ibarguren y Blas Cantó como invitados de la noche, siendo este último el que más sorprendiera al hacer una revelación de lo más íntima sobre una mala experiencia sexual.
El ganador de la quinta edición de 'Tu cara me suena' contaba una trágica anécdota que le sucedió durante el sexo. Lo hacía cuando el programa les invitaba a participar en un juego que les obligaba a someterse a las preguntas de "Rompiendo el hielo: Ruleta". Una sección en la que cada uno de ellos debía adivinar las respuestas de sus compañeros a las preguntas que planteaba el programa.
"¿Has tenido algún accidente íntimo por un exceso de pasión?", era la cuestión que derivaría en la historia de Blas Cantó. Tras ser señalado por sus compañeras, este explicaba sin tapujos lo que le había sucedido: "Se me rompió el pene mucho". "Un aplauso, por favor", reaccionaba Miren Ibarguren. "¿Por la mitad?", se preguntaba Inés Hernand.
"Cuando eres pequeño, la mamá te tira para abajo para que luego eso de mayor esté bien. Los que tienen niños lo sabrán", proseguía desarrollando el cantante. Una historia que sorprendía a Ibarguren, dado que ella ha tenido ahora un hijo: "Primera noticia". Al hilo, Cantó iba a explicarle en qué consistía cuando ella le cortaba en seco ante el apuro que estaba viviendo: "Ay, Blas, cuéntalo tú. Yo no, de verdad...".
"Yo lo tenía solucionado de hace muchísimos años, pero yo no sé si fue por eso mismo de exceso de pasión que se me rompió el pene y sangré como un cochino", seguía relatando Blas Cantó mientras Inés sí se interesaba por el asunto: "O sea, que en una tirada de estas como de quitarle la piel al chorizo, pues de pronto... ¿Y qué se hace en esos casos?".
"Me fui a urgencias", decía él mientras se tapaba la cara de la vergüenza que estaba pasando. Lo mismo sucedía con Dani Martínez, que apenas acertaba a articular palabra y no paraba de taparse el rostro con el cojín ante semejante confesión.
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