Crítica de ‘Élite 6’: La serie de Netflix se oscurece y toma la delantera en denuncia social juvenil

‘Élite’, la exitosa serie juvenil de Netflix, ha estrenado este viernes 18 de noviembre su sexta temporada, donde visibiliza asuntos como la violencia de género o la homofobia en el fútbol

Tras ‘La Casa de Papel’, Élite‘ es el mayor éxito mundial de Netflix España y desde este viernes, 18 de noviembre ya está disponible su sexta temporada. Un verdadero hito tanto para la ficción, como para la propia plataforma, que, tras confirmarse la séptima entrega de la serie juvenil aun sin haberse estrenado la presente, está viendo como ‘Élite’ comienza a adentrarse en un exclusivo club al que pertenecen aquellas ficciones más duraderas y entre las que destacan ‘Stranger Things’ (46) u ‘Orange is the new Black’ (91 episodios). Suponiendo que la séptima temporada cuente con 8 episodios, la ficción alcanzará los 56 episodios. Como decimos, todo un logro.

Centrándonos en la temporada de estreno, la serie juvenil ha querido pausar el ritmo festivo-sexual que llevaba en las anteriores, donde por momentos veíamos más contenido más propio de Only Fans que de Instagram, porque ‘Élite’, como su propio nombre indica, es postureo hecho serie. Un ritmo que se ha ralentizado, adaptándose a esa mayor oscuridad que rodean las nuevas tramas y que, guste o no, atrapan desde el principio. Y es que da la sensación que los propios guionistas han querido agitar una maraca para hacer sonar nuevos temas y la suerte ha querido que la producción se involucre en denuncias sociales como la violencia de género, la transexualidad en la adolescencia o la homofobia en el fútbol profesional.

‘Élite’ visibiliza la homofobia en el mundo del fútbol en su sexta tanda

Hay que recordar que ‘Élite’ es un escaparate mundial para millones de preadolescentes, adolescentes, jóvenes y algún que otro adulto que nunca reconoce ver las historias que suceden en Las Encinas. Por este motivo, que una ficción con una proyección internacional visibilice, de forma ficticia, las negligencias humanas en el caso de que un futbolista profesional saliera del armario, es más que suficiente para darle crédito en lo que a relevancia audiovisual se refiere.

Por otro lado, esta sexta temporada también prosigue con la trama de violación grupal a Isadora (Valentina Zenere) que vimos en el final de la anterior. Un jardín en el que los creadores de la serie saben que el barro puede ensuciarles mucho, otra vez, pero que en este caso sí se aprecia claramente que buscan señalar sin miramientos la lacra machista que afecta no solo a toda una sociedad, sino a un sistema judicial que pone a las víctimas contra las cuerdas: luchar sin tesón o acatar injusticias. Aunque el jardín del machismo no ha quedado ahí.

Valentina Zenere es Isadora en ‘Élite’

Por primera vez, ‘Élite’ arriesga por visibilizar de una forma explícita y dura la violencia machista en una pareja adolescente. La trama que protagonizan Carmen Arrufat y Álex Pastrana deja sin aliento por momentos y hasta da miedo, pero ‘Élite’ sabe que tiene una deuda moral con sus seguidores, tras haber flaqueado en cómo trató la relación de Phillipe (Pol Granch) y Cayetana (Giorgina Amorós).

En cuanto a la visibilidad que la apuesta de Netflix da a la transexualidad en adolescentes, cabe en primer lugar aplaudir a los responsables de casting por la elección de Ander Puig como intérprete de Nico, un actor transexual que interpreta a un chico transexual. Por fin, no era tan difícil, eh -guiño, guiño ‘La Casa de Papel’, Belén Cuesta, guiño, guiño-. A nivel actoral, se puede afirmar que Puig es el mejor fichaje de la sexta temporada, reivindicando a un colectivo que necesita visibilidad en los jóvenes. En cuanto a la trama que protagoniza con Ari, tampoco hay mucho que rascar, estereotipada y llena de clichés, como la vida en Instagram de muchos de los espectadores más adolescentes que la vean, pero se trata de un primer paso y eso es realmente lo importante.

Ander Puig es Nico en ‘Élite’

Y aunque es evidente y tiene una cierta lógica que la ficción se haya desgastado tras seis temporadas, sobre todo por ese arriesgado juego de guion que introduce una muerte o asesinato casi por temporada, ‘Élite’ no busca ser una serie de culto ni replantearle al espectador su existencia. ‘Élite’ sabe lo que quiere y lo consigue: entretenerte y que te pegues un maratón sin complejos de este guilty pleasure nacional. ‘Élite’ es esa hamburguesa de 1€ del McDonald que te tomas a las 5 de la mañana al salir de la discoteca. ¿Es la mejor hamburguesa del mundo? No. ¿En ese momento te sacia el hambre y hasta te planteas que pueda ser la mejor? Sí.

Además, tenemos que estar orgullosos de tener en España un producto que sirve de cantera y trampolín para una generación de actrices y actores que o bien están empezando o es incluso su primer proyecto profesional. ¿Acaso les sonaban los nombres de Ester Expósito, Miguel Bernardeu, Álvaro Rico, Itzan Escamilla, Omar Ayuso, Aron Piper, Claudia Salas, Manu Ríos, André Lamoglia, Martina Caridi… antes de su participación en ‘Élite’?

‘Élite’ acabará cuando ellos -Netflix, Zeta, productores, etc.- quieran, cuando dejen de entretener, cuando dejen de ganar dinero, cuando no conecten fielmente con la generación a la que señalan, cuando su reparto no explote de seguidores en Instagram, tal vez, pero ni se ha dado este momento, ni la serie está acabada, porque la ames o la odies, ‘Élite’ sigue sin dejarte indiferente.

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