María, la hija de Verónica Forqué ha escrito una extensa y conmovedora carta de amor a su madre tras su trágica muerte.
Por todos era sabido la estrecha relación que tenían Verónica Forqué y su hija, María. Mas que madre e hija eran dos buenas amigas. La muerte de la actriz el pasado 13 de diciembre las ha separado físicamente, pero no espiritualmente, y es que la joven siente a su madre más cerca que nunca.
María ha querido compartir con la revista Shangay una conmovedora carta dedicada a su madre. En ella vuelve a poner de manifiesto que no entiende la muerte como algo triste, ya que considera que la actriz está y estará siempre junto a ella.
"Mi madre vino a dar luz. No se ha ido, solo está en otra habitación. No tiene cuerpo, pero su energía está más presente que nunca, porque ahora es omnipresente", comienza escribiendo la influencer.
Además, asegura que "cuando necesito un abrazo se lo pido, tú puedes hacerlo también. El ser humano es muy limitado y tienda a creer solo lo que ve, pero no solo se ve con los ojos. Tenemos discapacidad para ver de otras maneras, aunque eso no signifique que no haya más".
"Hay muchas cosas que existen y no vemos: mi madre es una de ellas", insiste. Y de nuevo recuerda que, su madre "vino a dar luz. Ya no se veía capaz de darla como ser humano en la Tierra y decidió irse a un plano más elevado, y no material, para seguir con su misión de llenarnos de luz".
María Forqué sobre el suicidio de su madre: "Hay que respetar su decisión"
Respecto a la decisión de Verónica Forqué de poner fin a su vida, su hija lo tiene claro: "Hay que respetar su decisión. A ella lo que le gustaba era ayudar, y aquí su misión había acabado. La siento ocupada ayudando a mucha gente ahora mismo, porque es un ángel. Aun así, en cualquier momento la llamo, ya que yo soy su máxima protegida: aun así, está para todes".
"Ella me enseñó que la muerte no existe, que la reencarnación sí: que el cuerpo humano es solo eso, un cuerpo, que transporta lo que realmente somos y viaja infinitamente por el universo. La muerte es un nacimiento a la siguiente fase, no es el fin", prosigue su escrito la joven.
Por ello, considera que "tenemos que cambiar esta manera triste y negativa de ver la muerte en Occidente, porque es irreal y nos hace sufrir". Asimismo, cree que "el suicidio también está estigmatizado por la influencia de la Iglesia. ¿Por qué alguien no puede acabar con su vida, si es suya?", se pregunta María. Y añade: "Quien mejor que uno mismo para decidir que no quiere seguir más en este juego e irse al siguiente. Tengamos respeto".
"Lo que hay que observar es la vergüenza asociada a la salud mental; hay que normalizarla como normalizamos tener un constipado. Si se esconden los problemas mentales no se pueden solucionar. ¡Cómo no vamos a tener problemas mentales en esta sociedad de consumismo, llena de gente arisca y egoísta! Sería antinatural", critica.
"La muerte es un nacimiento: sustituye la pena por la alegría"
Antes de acabar su carta, María Forqué vuelve a insistir en que "la muerte es un nacimiento: sustituye la pena por la alegría, la que yo siento porque mi madre ahora está conmigo, conmigo, con nosotres".
"Ha vuelto a nacer en un nuevo estado donde es feliz y su luz es infinita, más grande que en la Tierra. Su potencial está ahora al cien por cien; nos cuida, nos guía y nos sana. Lo material (el cuerpo) empieza y se acaba. Pero lo inmaterial (el alma) es infinito, es energía", continúa explicando.
"Te quiero infinito, mamá. ¡Qué envidia que ya sepas qué hay después de la muerte terrenal! Te siento, y nos vemos pronto, en la siguiente etapa, porque la vida dura un segundo", concluye.
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