Jorge Javier Vázquez adelanta que toma una drástica decisión sobre su posición con la política en los programas de televisión ante el hartazgo y polarización del público.
Sería más que sorprendente, inesperado e increíble incluso que Jorge Javier Vázquez dejara de mojarse en política en sus programas. Pues parece que así va a ser. El presentador es muy dado en los últimos tiempos a introducir la actualidad política en 'Sálvame' y 'Sábado Deluxe' por ejemplo. No se ha cortado en enfangarse hasta el fondo si es preciso. Algo que ha sido criticado y aplaudido a partes iguales por el público.
Sin embargo, el hartazgo que se advierte en la audiencia, así como la polarización que hay en la sociedad en este punto por la pandemia y el último terremoto político, han llevado a Jorge a tomar una decisión tajante e inesperada, que puede ser definitiva: no hablar de política ni tampoco escribir sobre ello. Lo anunciaba en su columna en la revista Lecturas.
"Ha llegado el momento de que deje de hablar o escribir sobre política"
"Cuando parecía que el ambiente político no podía estar más revuelto, llegan las mociones de censura y lo dejan todavía peor. Lees los periódicos y te vuelves más loco todavía porque es difícil encontrar información.Solo ves opinión, propaganda y titulares que arriman el ascua a su sardina. Y entonces pienso yo que ha llegado el momento de que deje de hablar o escribir sobre política porque la gente debe estar ya hasta más allá de las narices", dice en su blog.
"Además, para qué voy a manifestarme si ya todo el mundo sabe cómo pienso. Ya no escuchamos a los que no piensan como nosotros. Yo, el primero, y no es de algo de lo que me enorgullezca precisamente. En esta etapa de trasiego, lo que me pide el cuerpo es estar en silencio, no avivar llamas, observar y analizar con atención cada movimiento de los partidos", prosigue.
"Opto por ponerme un esparadrapo en la boca"
"De todas maneras, tengo que reconocer que estos últimos días he leído más que nunca toda la información política que se ha publicado y lo único que me ha quedado claro es que no tengo nada claro. No me entero absolutamente de nada. Quizá la política sea precisamente eso: el arte de enmarañar cualquier acto con el objeto de que sea perfectamente incomprensible a los ojos de los ciudadanos. Con el ruido que se nos viene encima con declaraciones escandalosas, ataques furibundos y reproches letales, opto por ponerme un esparadrapo en la boca", ha zanjado.
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