El cantante concedió su entrevista más sincera a Carlos Sobera en 'Volverte a ver'.
Omar Montes fue el protagonista este viernes 13 de marzo de 'Volverte a ver'. Allí, el ganador de 'Supervivientes 2019' se sinceró como nunca antes lo había hecho acerca de episodios de su vida hasta ahora desconocidos.
Desde que Omar Montes ganara 'Supervivientes 2019', su carrera musical no ha hecho más que crecer. Además, se convirtió en uno de los personajes más queridos de la crónica social. Sin embargo, aunque el cantante siempre haga gala de si buen sentido del humor, su vida no ha sido nada fácil.
Omar Montes creció sin la figura de su padre y ha sufrido mucho por ese motivo. "He tenido muchas carencias afecticas, y eso me hace estar con mi hijo tan volcado", confesó el cantante en el programa de Telecinco. El exnovio de Isa Pantoja tiene un niño de 8 años, con el que intenta ser el padre que él nunca tuvo: "Me gusta estar con él a diario, hablarle de la vida…", asegura.
Sin embargo, con el paso de los años, Omar ha logrado superar esa traumática infancia sin su padre, y a día de hoy sí tiene relación con él. "Tenemos bastante, ahora nos llevamos bien. De joven estaba muy alocado, ahora es un señor mayor". Y ha terminado con un mensaje feliz: "Ahora está toda la familia muy unida y súper bien".
Robos, bullying... la dura infancia de Omar Montes
Además de esa carencia de afecto paterno, Omar Montes tuvo que hacer a numerosos problemas durante su infancia.
"Vengo de un barrio complicado (Pan Bendito, Madrid), las cosas no eran fáciles cuando era un niño, vamos que tenía menos dinero que uno que se está bañando", desveló el cantante a Carlos Sobera.
Con un semblante serio, algo muy raro en él, Omar recordaba: "Algo tan cotidiano como ir al cine nunca he podido, por eso sé vivir con lo básico". Además reconoce: "Era amigo de lo ajeno, robaba mucho. Tenía todos los ipods mini de mi barrio, con 12 ó 13 años. Luego le decía a mi abuela que me lo regalaban. Yo quería ser un niño normal, pero tenía unos cuantos factores en mi contra. El racismo, me llamaban gitano, si estaba un poco gordito, el bullying, un día me pegaban, otro día tenía que salir corriendo… Se metían conmigo hasta por respirar, por todo".
Ahora ha explicado cómo, curiosamente, todas esas personas que le hacían la vida imposible son sus fans. "Aquellos chavales que me pegaban y me perseguían ahora llenan mis conciertos y me piden selfies; ahí me he dado cuenta de algo que me agrada mucho y es que no soy una mala persona. No soy vengativo".
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