La crítica de la semana: Lo que Vasile perdió por el camino

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 30 de septiembre al 6 de octubre de 2019

El poder es un arma de doble filo, a la vez que te embriaga con el buen gusto de la autoridad, te puede nublar la vista hasta dejarte sin parte del criterio que te llevó a alcanzarlo.

Telecinco cumplía este mes de septiembre su decimotercer mes consecutivo siendo la cadena de televisión más vista en España. No es un liderazgo puntual, de esos que peleas hasta el último momento para conseguir la victoria final, el reinado de la cadena comandada por Paolo Vasile ya ha perdido cualquier atisbo de emoción. El italiano es por méritos propios el rey Midas de la pequeña pantalla, con la autoridad que otorga el éxito se permite el lujo de hacer y deshacer a su antojo.

Esta semana Mediaset recibía uno de los varapalos más sangrantes de los últimos años en la industria televisiva, consecuencia de su política de poderío y picaresca. El Tribunal Supremo ordenaba el cese inmediato de las emisiones de ‘Paspalabra’, concurso más longevo de la cadena. Por muy inesperada que fuera la noticia para el gran público ya hace años que existía la posibilidad de tan abrupto desenlace. Vasile y sus secuaces decidieron ya en 2009 ahorrarse unos cuantos milloncitos a base de jugar a los enredos con los propietarios del concurso. Emborrachados de poder pecaron de soberbia hasta perder uno de los baluartes de la cadena.

‘Pasapalabra’ era en la parrilla de Telecinco lo que una canción de Raphael en la celebración de una boda, un hit para tener contentos a los invitados más sénior y dejar respirar al público del empache de reggaetón. Un concurso líder en su franja que ofrecía la posibilidad a la cadena de acercarse a un público más desconectado del universo Pantoja.

La solución temporal por el momento ha sido substituirlo por una nueva variante frutícola de ‘Sálvame’. Con los resultados obtenidos por ‘Sávame banana’ esta semana, muy dispares entre ellos ya que pasamos del gran 19% de share de su estreno el miércoles al 14,8% del jueves, es difícil definir una tendencia sobre su posible trayectoria. En todo caso, por muy bien que le vaya a la nueva fruta, el señor Vasile debería sacar la chequera y pelear para recuperar el concurso de Christian Gálvez. Un propuesta diferenciada en la estructura de Telecinco que suponía un buen cojín de espectadores para el informativo de Piqueras.

Antes de ‘Pasapalabra’ el consejero delegado de Mediaset ya dejó escapar en su día al animal televisivo por excelencia. Paolo Vasile prefirió empapelar de billetes el rancho de Bertín Osborne antes de contentar a Mercedes Milá. Optó por adormecer a las masas con vino y complacencia en vez de invitar al espectador a reflexionar sobre su paso por el mundo. En la variedad está el gusto don Paolo, ambos modelos de televisión son compatibles, como ya sucedía en su día con ‘Crónicas marcianas’, donde el entretenimiento más burdo convivía con la crítica social más mordaz.

Estos días estoy deleitándome con el programa de Mercedes Milá en Movistar+, un ejemplo de televisión que ponen en valor a la comunicadora más brutal que ha existido nunca en España. ‘Scott y Milá’, que puede llevar a equívocos por el aparente protagonismo que adquiere el perro en el título,  son los temas de siempre pero diseccionados por la mirada de la Milá. La palabra roba todo el protagonismo a los envoltorios farragosos, haciendo de la conversación un manual de supervivencia para el siglo XXI. En estos tiempos de tiranos y sentimientos plastificados, ‘Scott y Milá’ pone el foco en la gente hasta adentrarse en las profundidades del ser humano. Verdades universales por encima de egos.

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