Sabela, María y Marta son claros ejemplos de versatilidad y evolución dentro de esta edición frente a compañeros como Miki, Natalia o Julia
La séptima gala de este 'OT 2018' nos adentraba en el Ecuador del programa al ritmo del 'Don't stop me now' de Queen, y recordándonos que dentro de siete semanas más, conoceremos al ganador o ganadora de esta edición. Por que sí, sin quererlo ni beberlo esta temporada el formato va rodado y sin pestañear un segundo. Será por las numerosas polémicas sobre decisiones mal tomadas, despidos procedentes o concursantes faltos de entusiasmo, pero bien es cierto que a pesar del evidente bajón de audiencias de un año a otro, 'OT' sigue funcionando gracias al apoyo y la viveza, o dureza, del tremendo altavoz de las redes sociales. Por que 'OT' en sí en una red social en la que todo el mundo es productor, profesor de canto, coreógrafo, director musical, y hasta realizador, cámara y jurado.
'OT 2018' tenía que levantar una edición compleja y casi gafada. Galas con numerosos fallos técnicos que salvo el oasis de la Gala 4, y la sustancial mejora general de la reciente Gala 7, no ha ofrecido el gran espectáculo global que se le exige a un formato como 'Operación Triunfo'. Ni si quiera en la emisión de esta semana. Por que utilizar varas de luz en la actuación de Natalia, resulta hasta novedoso después de las NO puestas en escena que hemos presenciado cada noche. Por que utilizar varas de luz NO es 2018.
Incluso la excelente actuación de la expulsada, Noelia, con un montaje al mas puro estilo low cost eurovisivo, no termina de enamorar la vista del espectador. Por que la televisión de hoy en día tiene que sorprender, y más con un formato como 'OT' con los suficientes recursos técnicos para hacer de cada actuación algo único y, sobre todo, viral. Por que estar en una Gala 7, Ecuador de la edición, requiere más esfuerzo y más neuronas a la hora de CREAR historias con los concursantes de protagonistas y usando la realización como hilo conductor. Una realización que parece que empieza a dar sus frutos con planos más estudiados pero lejos de ser creativos ni precisos.
En otro punto, es incómodo asimilar que la salida de Itziar Castro ha sido todo un acierto por parte de la dirección del programa, y que la llegada de las clases de interpretación de Los Javis a la Academia se ha visto plasmada en más de una actuación, y no en todos los concursantes por igual. A estas alturas de edición, muchos de los que a priori destacaban, ya sea por su físico, su voz o su carisma, como podrían ser Natalia, Miki o Julia, han visto como sus compañeros Marilia, Carlos Right, María, Marta y sobre todo, Sabela, han encontrado su hueco en el programa y han decidido dar un golpe en la mesa y gritar "¡Aquí estoy yo!".
La excelente corrección vocal de Natalia o Julia, o el talento personal de Miki, se han visto afectados en las últimas galas con signos de estancamientos en sus actuaciones e interpretaciones, con una progresión cada vez más lenta que en alguna ocasión ya ha recibido avisos de peligro con nominaciones, como es el caso de la gaditana y el catalán. Todo lo contrario que participantes como Sabela, salvada de la expulsión en la Gala 2, y rozando el título de favorita del público en las últimas semanas. Un claro ejemplo de que el trabajo, la concentración con constancia y el amar el aprendizaje, dan resultados más que aprobados.
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