Misión cumplida: Miriam Saavedra salvada

Misión cumplida: Miriam Saavedra salvada

Debemos conservar a Miriam en la casa gala tras gala.

La primera gala de expulsión de esta sexta edición del reality de convivencia más VIP del país estuvo repleta de momentos de lo más golosos de caras al telespectador.

No cabe duda que el plato fuerte era poner cara a la primera expulsada del año, mérito que se disputaban Isa Pantoja frente a Miriam Saavedra. La peruana pese a sorpresa de muchos ganó la batalla consiguiendo ganarse el favor del público salvándose con un porcentaje bajísimo. Ese fue el momento en el que muchos de nosotros, desde el sofá de nuestros hogares, dimos un bote instantáneo lleno de aplausos y alegría al ser testigos de la salvación de nuestra diva inca.

Como todo el público objetivo conoce, Miriam entró a la casa tres días más tarde que el resto de sus compañeros por decisión de la productora. Ella desde el minuto uno ha sido concursante de pleno derecho, por su interés y gran petición de muchos de nosotros/as la dirección se guardó su baza para intentar asegurarse un buen dato de audiencia durante la emisión del primer debate de la edición.

Su entrada no defraudó y consiguió su propósito; defender su postura y participación. Sobre todo nos entretuvo que para eso está junto al resto de sus compañeros. Sus primeros instantes en el concurso no podían ser de otra manera sabiendo las causas pendientes que tiene con Mónica Hoyos. Para muchos puede que estuviera algo excesiva o hasta sobreactuada pero para los que hemos seguido su trayectoria televisiva sabemos que es alguien de mecha corta, clara, directa y por momentos exagerada, aspectos que definían sus primeras intervenciones dentro del programa.

Entrar más tarde que tus compañeros en un concurso de convivencia aunque sea solo un día ya es un argumento fácil y de poca coherencia y sentido. Es de ser muy poco inteligente basar una nominación en eso, es de cobardes. Esa fue una de las razones más repetidas que utilizaron los rivales de Miriam para catapultarla como la nominada con más puntos de caras a la primera expulsión de la edición. Cierto es que pocos participantes se molestaron en conocer a Miriam desde cero, dejando a un lado sus rencillas con Mónica Hoyos. Más del 75% de los concursantes aplauden, veneran y besan por donde pasa Mónica, un gran error.

¿Cómo se quedará todo éste corral de ovejas al ver desde el sofá despedirse de ellos a Mónica la primera vez que salga nominada? Qué fácil es formar parte de una mayoría para evitar nominaciones, conflictos y críticas. Cuánta personalidad llana y nula, de verdad. Es obvio y los vídeos hablan solos que se esperaban la entrada de Miriam y lo que es real también es que muy pocos actuaron por si mismos sin ser influenciados por la Sra. Hoyos.

Levantarse cada mañana dentro de un espacio limitado, privado de libertad y sin apoyos reales no debe ser nada fácil. Reconocer que ninguno de tus compañeros se va a posicionar de tu bando para que permanezcas en el concurso es de valientes y a la vez debe ser duro. De poco vale que te recriminen que en un sólo día has discutido con cinco personas si esa actuación está justificada. Numerosas provocaciones, feos y malas caras son las que Miriam no ha parado de recibir día tras día. El mérito está en no tener que estar debajo de las alas de mamá Mónica y tita Makoke.

De la salvación de esta primera gala debemos tomar nota y repetirla cada vez que sea necesario. Miriam va a seguir estando en el punto de mira para muchos y nuestra labor es librarla de la expulsión nominación tras nominación. No hay mayor satisfacción que verla entrar semana tras semana desde la sala de expulsión a la casa y saludar uno a uno a todos sus compañeros como una auténtica señora. A sus veintitrés años, no es perfecta, ni ninguno de nosotros lo somos pero como animal televisivo para fomentar el entretenimiento es clave. Llegará la noche en que se batan en duelo Miriam y Mónica y donde la primera vencerá. Tiempo al tiempo.

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