Por Miguel Bermejo.
Todas las miradas estaban puestas en ellos. Bertín Osborne y Mariló Montero, Mariló Montero y Bertín Osborne. Dos de los rostros más mediáticos de la cadena pública se citaban para una charla que todo el mundo esperaba con ansia, tanto por la imprevisibilidad de la navarra como por la gracia del cantante. Y, por supuesto, no defraudó.
Tras las primeras críticas (yo fui el primero que le dio ostias como panes), el programa se ha ido haciendo un hueco en la parrilla gracias a su maravillosa realización y al carisma del entrevistador, punto clave en todo espacio de entrevistas. Y, a pesar de su irregularidad (la entrega de Carmen Martínez-Bordiú fue para suicidarse), 'En la tuya o en la mía' se ha consolidado, sobre todo tras la charla con Pablo Motos. Pero con la entrevista con Mariló, el programa regresó a la inestabilidad de los primeros episodios.
Bertín se dejó llevar por la impetuosidad de Mariló, que le sobrepasó. En muchas ocasiones, no se podía distinguir quién entrevistaba a quién y, por más que se trate de una conversación amable (muy de moda ahora), tienen que marcarse de forma clara los roles. La charla fue por dónde ella quiso y no desveló nada nuevo sobre la comunicadora. Además de no saber encauzar la entrevista, su gran punto débil fue que Mariló se escapase viva de las cuestiones más peliagudas, como en el tema de los transplantes de alma.
Aunque la entrevista fue escasa en novedades, sí dejó una cosa muy clara: Mariló siempre será Mariló. La presentadora tiene una fuerte personalidad propia y eso es positivo pero si se sabe manejar. Y aquí reside su gran problema: no es consciente de lo que dice, no tiene filtro, no hay nadie en la sala de máquinas que le diga "joder Mariló, que esto es una gilipollez". Por supuesto, esto quedó patente en la entrevista, donde se reivindicó en afirmaciones tan bochornosas como que "para ser mujer, hay que saber llevar tacones".
Cabe destacar que sí hubo un aspecto muy positivo del programa: la música escogida. El aspecto técnico sigue brillando, más allá de los contenidos y esto es uno de sus activos más importantes. Definitivamente, 'En la tuya o en la mía' es un programa muy irregular que, como todos los del género de entrevistas, depende de la disposición del entrevistado a abrirse. Y Mariló no tiene (o no quiere) nada nuevo que contar.
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