Que el sector culinario está de moda no hay quien lo discuta, y es que no existe un buen plan de ocio que no concurra en una grata experiencia gastronómica. No baso mi afirmación en estadísticas corroboradas por fuentes certeras ni meticulosos estudios socioculturales relacionados con el campo de la hostelería, con tan solo visualizar el perfil de Instagram de alguno de tus contactos podrás apoyar mi aserto. Un sinfín de cuadradas instantáneas se nos presenta diariamente a modo de carta de restaurante, desvelándonos la dieta elegida por el amigo en cuestión. Y es que la televisión, aunque nos empeñemos en negarlo, se perfila como el medio de comunicación más capaz en la creación de corrientes de moda y estilo.
No existe axioma más certero que aquel que dice que si algo funciona, se debe explotar hasta sus máximas consecuencias, y parece ser que los directores de nuestras cadenas lo tienen muy presente a todas horas, ya que influenciados por el éxito de la cocina a nivel mundial no cesan en la compra o imitación de formatos extranjeros relacionados con este sabroso menester. ‘Masterchef’, ‘Top chef’, ‘Mi madre cocina mejor que la tuya’, son algunos de los concursos que hacen competir entre sí a los distintos aspirantes a chef, mezclando los programas más básicos de recetas con el reality, que como la leche al café, siempre actúa de complemento perfecto. Otros espacios gastronómicos son los que ocupan diariamente las parrillas televisivas de cadenas nacionales y autonómicas, agraciados con un público fiel y participativo, tales como el recién estrenado ‘Robin Food’ en Telecinco, el incombustible ‘Karlos Arguiñano en tu cocina’ emitido por Antena 3 o ‘Cómetelo’ de Canal Sur.
Si aún te has quedado con hambre, te puedo ofrecer otro tipo de programa de índole culinaria, en esta ocasión se nos presenta como alternativa a espacios contenedores de fin de semana y traspasando la franja de late night. Se trata de formatos que cámara en ristre y micro en mano recorren nuestra geografía más agraciada, gastronómicamente hablando, en busca de ese bar o de ese restaurante que sorprenden por su carta variada y el buen gusto de su decoración. ‘Vivan los bares’ en TVE o ‘Bares q lugares’ de La Sexta son algunos de los ejemplos más representativos del género al que se le suma la nueva apuesta de Cuatro ‘Tapas y barras’ dirigido por el cocinero Michelín Mario Sandoval, otro gran chef que sosteniendo la sartén con una mano, se suma a la moda de agarrar un micro con la otra.
Otro gran éxito de la temporada basado en la hostelería y la cocina más concretamente ha sido ‘El chiringuito de Pepe’, donde se ha transferido la exposición anterior al campo de la ficción, logrando una gran aceptación por un público aún hambriento de peroles y cacerolas. Una serie con un elenco espectacular de actores que nos ha mantenido sentados frente a la televisión con temática repetitiva y muy vista, aunque me reitero bien interpretada y con gancho para el espectador.
Para concluir me gustaría compartir y dejar en el aire la cuestión planteada por mi compañero David Reinoso en uno de sus artículos de opinión: ¿Somos lo que vemos? O añado mi ingrediente particular cuestionándolo de otra manera: ¿Somos lo que comemos porque lo vemos? Si es así, por el bien salubre del público de este país… Dejen de programar cocina. Yo al menos ya voy necesitando un poquito de sal de frutas.
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