La vida actual de Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba: de su retirada mediática a su cambio físico

La vida actual de Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba: de su retirada mediática a su cambio físico

Diez años después de la muerte de Cayetana Fitz-James Stuart, su viudo Alfonso Díez se mantiene alejado de los focos y la vida mediática

Alfonso Díez Carabantes en 'Lazos de sangre'
Alfonso Díez Carabantes en 'Lazos de sangre' | TVE

El pasado 20 de noviembre de 2024 se cumplían diez años del fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stuart, más conocida como la duquesa de Alba. Una década después de su muerte, sus hijos están totalmente distanciados y su viudo, Alfonso Díez, ha cambiado radicalmente tanto de aspecto como de vida a sus 73 años. Su nuevo físico es muy impactante: luce un rostro muy rejuvenecido, más liso y afinado, y está tan distinto que incluso parece otra persona.

Tres fueron las veces que Cayetana pasó por el altar. Primero con el padre de sus seis hijos, Luis Martínez de Irujo, en el año 1947, del que se separó en 1972. En 1978 se casó en segundas nupcias con Jesús Aguirre, pero, en esta ocasión, fue la muerte las que les separó en el año 2001. Pero su boda más sorprendente fue la que celebró con Alfonso Díaz en el 2011, cuando la duquesa tenía 85 años.

Él fue el hombre que la acompañó hasta el último día de su vida, el 20 de noviembre de 2014. Desde entonces, poco se ha sabido del tercer marido de Cayetana de Alba, quien decidió alejarse del foco mediático y son pocos los eventos a los que acude. En julio de 2018 se produjo su última gran aparición televisiva en el programa 'Lazos de sangre' de TVE. "Yo la he cuidado como ella a mí", dijo entonces de la duquesa.

Fue el pasado mes de mayo cuando, con motivo del bautizo del hijo de los duques de Osorno, volvió a aparecer frente a las cámaras, y lo hizo con un cambio de aspecto radical.

El radical cambio físico de Alfonso Díez Carabantes

Tanto es así, que incluso algunos medios de comunicación llegaron a asegurar que estaba irreconocible. Aunque fue en el 2022 cuando ya sorprendió con su nueva imagen durante un evento de la Fundación Bertín Osborne. Todo el mundo opinó lo mismo: Alfonso Díez se había quitado años de encima.

También hizo acto de presencia, el pasado mes de abril, durante la misa funeral de la princesa Ira de Fürstenberg, junto a otros rostros conocidos del papel cuché, como Isabel Preysler, Jaime de Marichalar, Jaime Martínez-Bordiú, o Eugenia Martínez de Irujo, hija de su difunta esposa. Alfonso Díez llamó la atención de todos los presentes, nuevamente, por su cambio físico, con el rostro mucho más rejuvenecido, lo que evidencia que se ha puesto en manos de profesionales para mejorar su imagen a través de retoques estéticos.

Según apuntó el cirujano Miguel de la Peña en 'Espejo Público', Díez se ha sometido "a un implante capilar, el pack 'bye bye', arrugas, la blefaroplastia completa, superior e inferior, la rinoplastia, la redensificación de toda la cara para las arrugas peribucales e incluso el arco mandibular. Ha habido tratamientos quirúrgicos indudables como la blefaroplastia y la rinoplastia".

"Hay dos aspectos de todos los retoques que se ha hecho Alfonso que marcan muchísimo la diferencia. Primero la nariz que le resta personalidad, que son de una persona de 40 años", añadió el cirujano, según el cual, estos retoques e intervenciones podrían ascender a los 30.000 euros.

La nueva vida del viudo de la duquesa de Alba

Hace unos días, se podía ver al viudo de la duquesa de Alba por Madrid, ciudad en la que lleva una vida tranquila y apacible. En esta ocasión lucía una camisa azul claro, pantalones beige, chaleco oscuro, parka verde militar y una boina a juego. Un look casual y muy moderno para ir de compras por la Milla de Oro, la zona más con tiendas de luego de la ciudad.

Alfonso Díaz no se ha vuelto a casar y tampoco se le conoce pareja. Su única mujer ha sido Cayetana de Alba, con la que se casó, pese a las críticas de quienes aseguraban que solo buscaba la fama y el dinero. Algo que a ellos poco les importaba. Para que no hubiera problemas con su herencia, valorada en 1.000 millones de euros, la duquesa hizo saber en vida cómo quedarían repartidos sus bienes y sus títulos tras su muerte.

De esta forma, su viudo recibiría tan solo lo estipulado por ley, que era el 25% del usufructo de la mejora. Un total de cerca de un millón de euros, que él invirtió en un piso de lujo con más de 197 metros cuadrados ubicado en la calle Fernández de la Hoz, en el madrileño barrio de Chamberí, donde actualmente reside.

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