Si 'La Otra Mirada' se hubiese visto en Netflix la realidad sería muy distinta

La Academia de mujeres cierra sus puertas siendo invisible para el gran público y con remotas opciones de renovar.

Adiós a 'La Otra Mirada'. La serie de época que durante 13 capítulos ha llevado al prime-time de la cadena pública temas sociales tan presentes en la sociedad actual como la igualdad entre mujeres y hombres, la homosexualidad, la tolerancia, el amor libre o la injusta sentencia a La Manada.

Una de las ficciones más relevantes de la temporada, llena de mensajes y alegatos que nos ha hecho reflexionar a una sociedad falta de valores. También una de las primeras series españolas donde todos los personajes protagonistas han sido encarnados por mujeres. Con Macarena García grávida de su naturalidad y dulzura y Cecilia Freire en su papel más complejo, hemos descubierto también un potente casting de noveles como Patricia López Arnaiz, Carla Campra o Álvaro Mel. Con una cuidada producción y exquisitas localizaciones, también ha sido una joya para las miradas de un espectador ávido de productos televisivos de calidad.

Una ficción de marcado carácter feminista y progresista que ha sido, sin embargo, invisible para el gran público. Con un promedio de 1.431.000 fieles y el 8,9% de share, la producción de Boomerang TV engrosa la cada vez más larga lista de tropiezos de la temporada televisiva en cuanto a audiencias se refiere.

¿Por qué no ha atraído la mirada del público español? Cada vez está más presente un nuevo espectador que demanda un nuevo modelo de ficción, universal y fácil de consumir en adictivos maratones. Ha tomado el mando un televidente de masas cuyo comportamiento se guía por los gustos de una mayoría cada vez más global. Netflix está comiendo el terreno a las viejas cadenas obligadas a reinventarse en este limbo peligroso.

Sin desmerecer el indiscutible sello de calidad del gigante mundial del streaming en TV, hemos llegado a importantes paradojas. Si un producto engrosa el selecto catálogo de la plataforma ya es sinónimo de culto y éxito. Hasta el punto que muchos espectadores no consumieron o ni siquiera habían oído hablar antes de grandes ficciones como La casa de papel o Paquita Salas -esta última surgió de una humilde plataforma de Atresmedia (Flooxer)-, hasta que no saltó a Netflix. Posiblemente, si La Otra Mirada hubiera tenido la misma oportunidad, la realidad sería muy distinta.