La colaboradora de ‘Cazamariposas’ ha concedido una entrevista a ‘Lecturas’ en la que ha hablado sobre su trágica infancia y la huella que han dejado en ella sus padres.
María Lapiedra es la mujer del momento, aparece en todos los programas de Mediaset ya sea por las declaraciones de su ex pareja, Mark Hamilton, o por su relación de amor-odio con Gustavo González. Si a esto le sumas, las entrevistas y exclusivas que realiza de su familia generan un cóctel molotov, informativamente hablando.
La actriz de ‘Torrente IV’ ha señalado: “Tenía 12 años cuando mis padres se separaron, pero luego volvieron varias veces. Era un caos. Mi madre nos abandonó, se había enamorado de otro y se fue”. Así comenzaba la entrevista de María Pasqual, la identidad que se esconde tras el personaje de Lapiedra, apuntando que se crio con su padre, a la vez que aparecía su madre de repente. En referencia a su vida como hija ha hablado con la de ser madre: “Yo nunca abandonaría a mis hijas. Me di cuenta de que mi madre fue mala madre cuando las tuve. Nunca he tenido el amor de una madre”.
María haciendo hincapié en la relación con su madre, confiesa: “Uno de mis primeros recuerdos es de ella diciéndome que era mas guapa que yo. Había niños que me decían que querían ser mis novios y yo pensaba ‘si soy superfea’. Por eso, empecé a tener muchos novios, pensaba que al menos a estos les gustaba”. También contó la anécdota del vestuario en una actuación de lambada en su colegio, en la cual María no llevaba la vestimenta acordada ya que su madre ‘no se enteró ni de que tela tenía que llevar el vestido’.
La colaboradora de Telecinco ha señalado las numerosas peleas que tenía con su progenitora con el paso de los años: “Con el divorcio quería coger toda la cristalería, vino un día y me dijo ‘si no es para mí, no es para nadie’. Y tiró todas las copas. He vivido un infierno con mi madre". La relación era tan tensa que llegó un punto en el que María a su propio padre le preguntó: “¿Para qué me tuvisteis? Si me hubierais preguntado si quería nacer, te hubiera dicho que no”.
A pesar de la tensión existente, Lapiedra ha querido que sus hijas conozcan a su abuela y así lo hizo el pasado 24 de diciembre del año pasado. La duda de si María es una buena madre para sus hijas es lo que atormenta a la catalana: “Cuando escuché que me decían que soy mala madre no paraba de llorar. Sé que no lo soy. Hay ciertas cosas de mi pasado que no me gustaría que vieran”. Por último, ha destacado el miedo que sufre de “no conseguir su felicidad”: “Yo las he traído al mundo y lucharé para que no se sientan abandonas como yo me sentí”.
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