Crítica 'Smiley': la comedia romántica LGTBIQ+ de Netflix con la dupla perfecta de Carlos Cuevas y Miki Esparbé

'Smiley': la comedia romántica LGTBIQ+ de Netflix con la dupla perfecta de Carlos Cuevas y Miki Esparbé

Netflix ha estrenado este 7 de diciembre su nueva serie española 'Smiley', una comedia romántica navideña firmada por Guillem Clua, con unos Carlos Cuevas y Miki Esparbé sobresalientes

Con la llegada de la Navidad, también asistimos al estreno de un sinfín de películas y series románticas con temática navideña. Es momento de ver historias para pasarlo bien, para entretenerse y divertirse durante un buen rato. Sin pretensiones, sin dramas apocalípticos, y con las que acabar con una sonrisa al terminar. Y eso es precisamente lo que define 'Smiley', la nueva serie de temática LGTBIQ+ de Netflix, con sello español.

'Smiley' está basada en la obra de teatro homónima creada por el dramaturgo Guillem Clua. La historia de dos chicos que se conocen por error y acaban enamorándose ha sido representada no solo en Madrid y Barcelona, sino en medio mundo, con representaciones en Latinoamérica o en Estados Unidos, por poner un par de ejemplos. Y que Netflix haya apostado por esta historia es una muy buena noticia.

Álex acaba de tener un desengaño amoroso. Se había hecho ilusiones con un chico que, al cabo de pocas semanas, le ha hecho un ghosting de manual. Y eso no le sienta bien. Coge el teléfono y se dispone a pedir explicaciones con un mensaje de voz que tendrá consecuencias de lo más inesperadas… porque se lo acaba mandando por error a Bruno, a quién no conoce de nada. Ese inocente primer equívoco es el primero de una cadena de acontecimientos que cambiará la vida de Àlex y Bruno para siempre.

La serie está dirigida por David Martín Porras y Marta Pahissa. Ambos realizadores con buena experiencia y que dan una dirección vibrante y perfecta para la comedia romántica, con algunas decisiones diferentes que buscar sacar al público un poco de la zona de confort a la que estamos acostumbrados viendo estas historias. Mención especial se merecen los capítulos 5 y 7, en la que los realizadores hacen malabares para ir uniendo tramas y personajes de una forma caótica y compleja.

Un dúo de actores perfecto

Pero no podemos empezar la crítica de 'Smiley' si no es por la enorme labor que hacen Carlos Cuevas y Miki Esparbé. Ya conocemos de sobra las dotes interpretativas de ambos actores. Y aquí, una vez más, vuelven a demostrarlo. Ambos brillan por encima del resto, y cada vez que aparecen en pantalla, saltan las chispas entre ambos. Carlos Cuevas hace tiempo que dejó de ser el Pol Rubio de 'Merlí'. Poco a poco ha ido aceptando diferentes papeles y tratando de buscar nuevos retos. Y ese es precisamente el reto al que se enfrenta en 'Smiley', ya que casa con su personaje a la perfección: pasar de ser una simple cara bonita para demostrar que eres mucho más, que vales mucho más.

Miki Esparbé nos da un Bruno también repleto de clichés, pero poco a poco los va desmontando según avanza la historia. Su actuación también es de sobresaliente, y cuando ambos están juntos, la serie funciona. Y de eso trata 'Smiley', la nueva serie de Netflix: juntar a dos clichés andantes y despojarles poco a poco de todos esos tópicos, para ver si realmente pueden funcionar juntos.

Tópicos un poco repetitivos

El problema es que esos problemas a los que se enfrentan los personajes para llegar al tan deseado "felices para siempre" acaban siendo repetitivos. Y eso puede ser debido a la duración, no de los capítulos, sino de la serie en sí. 'Smiley' podría haber sido una gran película romántica de Netflix, centrada en Álex y Bruno, y con varios secundarios que aportasen a la trama principal (abrimos un paréntesis con Pepón Nieto, que está increíble). Pero según avanzan los episodios, el conjunto se ve lastrado por tramas secundarias sosas y que no tienen la misma gracia que la principal.

Al final, 'Smiley' es la historia de Alex y Bruno. Y aunque se agradece la introducción de personajes secundarios que buscan arrojar más luz sobre la historia, acaban haciendo más de peso forzado que otra cosa. Las situaciones de enredo se acaban haciendo repetitivas y pueden llevar a cierto público a desconectar, o a llevarse las manos a la cabeza. Porque muchos de esos problemas entre los protagonistas serían fácilmente 'solucionables' con un mínimo de conversación.

Mención aparte merece el trabajo de guión de Guillem Clua (recientemente nominado a los Goya por 'Los renglones torcidos de Dios'), que adapta su obra, ampliando el lore y dándole un poco más profundidad a la trama. Sí, aunque la serie repita continuamente el mantra de romper con los clichés y los tópicos, acaba cayendo en esos mismos tropos que critica. Pero repetimos, es algo que se ve venir desde el minuto 1, desde el monólogo inicial de Carlos Cuevas.

Y claro, estamos en una comedia romántica navideña al uso (perfecta adaptación de la historia original, ya que esta época del año le va como anillo al dedo), y tampoco podemos pedirle que nos dé una serie con toques de Kiarostami. A 'Smiley' hemos venido a divertirnos, a sentirnos reflejados en algunos momentos (o a amigos nuestros) y a volver a creer en el amor. Porque de eso se trata, ¿no? Y si vais buscando ese tipo historia, 'Smiley' es vuestra serie Netflix perfecta para estas fechas.

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