La costumbre de Telecinco en mantener siempre un reality en emisión a veces no resulta del todo satisfactoria para la cadena. Este verano el canal de Mediaset ha optado por un nuevo formato de telerrealidad que, de momento, les está suponiendo más dolores de cabeza que alegrías.
Las cadenas de televisión apuestan cada vez menos por la programación veraniega, eso ya lo sabemos. Series USA y repeticiones de películas y programas conforman la parrilla televisiva estos meses, nada que ver con la de los años 90 y la primera década de los 2000.
Por ello cuando una cadena ofrece algo diferente en verano es digno de agradecer, pero 'Pasaporte a la Isla', el reality veraniego de Telecinco, no cumple esas premisas. Ni es diferente ni sorprende. Es el mismo producto de siempre pero con menos presupuesto y concursantes más anónimos que famosos. El objetivo de este espacio no es otro que mantener el interés de ese target cotilla de la televisión española durante estos meses de descanso.
Para asegurarse la audiencia Telecinco ha enmarcado este nuevo reality en el contexto de 'Supervivientes'. Se trata, por tanto, de un escaparate público, un casting para la selección de los concursantes de la próxima edición del programa de supervivencia mediante el cual el ganador del programa tiene ya su billete asegurado a Honduras.
Los concursantes, dicen que famosos, provienen de la más baja categoría “artística”. El cartel de los participantes podría describirse como un grupo de personajillos vividores del cuento, típicos de este tipo de programas, que luchan por creerse protagonistas veraniegos de la televisión. Pero no logran conseguirlo. Los concursantes son tan anónimos que no son capaces de generar contenido para enfocar todo un programa en torno a ellos ni lograr mantener la atención de los espectadores.
Se trata, por tanto, de personajes forzados, actuados, protagonistas de un guión hecho a conciencia para que su participación en el concurso otorgue titulares, genere interés en el público, polémica, para alimentar así la programación veraniega de la cadena.
Además, si ya de por sí los participantes dejan mucho que desear, la nula organización, el mal sonido y el desastroso desarrollo del programa pone en evidencia al reality, un espacio digno de estar en una cadena secundaria y no principal, un espacio cutre y barato que roza lo esperpéntico.
Y por si esto fuera poco una gran parte de los seguidores del programa no dejan en muy buen lugar al espacio a través de las Redes Sociales. Twitter es testigo de infinidad de críticas negativas y chistes sobre el reality. Y eso también se ve reflejado en las audiencias. El estreno no superó los 2 millones de espectadores y el 15% mientras que la segunda semana bajó de los 1,5 millones y del 13%. La tercera Gala no mejoró esos datos: 1,2 millones y un 13,6%.
¿Estamos, por tanto, ante un programa veraniego o una continuación de Supervivientes?, ¿Se debe apostar por otro tipo de contenido en la temporada estival o un reality vale en cualquier época? Dispuestos a hacerlo, ¿No debería ser mayor su inversión? Si ésta no es así, ¿Conviene llevarlo a cabo?, ¿Es el verano una temporada en la cual emitir productos residuos?
Sea de una forma u otra parece quedar claro que esto no interesa, y menos si se hace de la forma en la que se está llevando a cabo. Si en su día nos pusimos las manos en la cabeza con 'Campamento de Verano', 'Pasaporte a la Isla' no hace más que añorar con un buen recuerdo aquel programa de exploradores que también tuvo su ración de polémica y en la que se produjo la fuga de un buen número de anunciantes.
'Pasaporte a la Isla' prosigue, de momento, su andadura en las noches dominicales de Telecinco. De continuar con sus actuales datos de audiencia podría ser más que probable que la cadena ideara alguna que otra estrategia para levantar su audiencia. De hecho Vasile le ha pedido recientemente a Belén Esteban que participara en el programa, oferta que ésta declinó. Posiblemente podríamos estar ante una crónica adelantada de una muerte anunciada.
Lo que sí está claro es que los concursantes seguirán ingresando en sus cuentas 1.500 € semanales por su participación, un caché mucho más bajo que el de otros formatos como GH Vip o Supervivientes. Mucho dinero para tan poca chicha.
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