Ana Isabel Peces Marañón es la voz que se ha escuchado entrevistando a Rocío Carrasco y la directora de su serie documental en Telecinco.
Muchos espectadores se habrán preguntado quién es esa voz que ya resulta muy familiar y que se ha escuchado durante los diversos capítulos de la serie documental de Rocío Carrasco en Telecinco. Se han oído sus preguntas, sus aportaciones y sus reflexiones, pero no se le ha puesto cara en el programa.
De hecho, Carlota Corredera y algunos de los tertulianos que le han acompañado durante estas semanas en plató han hecho, en alguna que otra ocasión, referencia a su nombre: se trata de Ana Isabel Peces Marañón. Ha estado al frente del que ha sido el fenómeno mediático y social del momento desde el principio.
Con más de dos décadas de trayectoria en televisión que le atesoran, Anais ha sido la entrevistadora de Rociíto y también la directora de su docuserie. Ahora, al término de la misma, ha concedido una entrevista al digital NIUS de Mediaset.
La periodista cuenta cuando le ofrecieron el proyecto y tuvo que tener una primera toma de contacto antes de iniciar el intenso rodaje. "Desde que llegué a su casa y empecé a hablar con ella me di cuenta de que era una mujer maltratada", sentencia.
¿Por qué pensaron en ella? Pues porque, licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, lleva trabajando como redactora y directora en programas de televisión, fundamentalmente de La Fábrica de la Tele. Pero también por su formación en estudios de género y feminismo. Entre los que destaca el Título de Especialista en Gestión de Políticas de Igualdad de la Universidad Carlos III de Madrid.
Preguntada por el impacto que ha tenido responde que "sabíamos desde el principio lo que teníamos entre manos, porque no hacía falta más que hablar con ella un rato para darse cuenta. Pero que fuera a ser de interés público, que a la gente le importase tanto y se fuera a montar todo este revuelo mediático, la verdad es que no lo esperábamos".
"Lo empezamos a ver cuando se emitió. Sabíamos que lo que Rocío contaba era tremendo, que iba a llegar al corazón de la gente, pero en televisión nunca sabes lo que va a pasar. Y menos con los temas de violencia de género, que a veces llegan a producir un rechazo. Sabíamos que era una historia que había que contar, pero este resultado no lo imaginábamos", prosigue.
Sobre cómo empezó a fraguarse: "Me incorporo al proyecto en septiembre de 2020. Lo único que me dijeron mis jefes fue "ve a su casa, encuéntrate con ella, escucha y luego nos cuentas lo que ves", nada más, no me dijeron qué me iba a encontrar. Yo no conocía entonces nada de su historia personal".
"Para ella era muy difícil contar esto y más a una extraña como era yo en ese momento. En estos encuentros vimos que estábamos ante un caso absolutamente excepcional. De un maltrato mediático descomunal, del que todos hemos sido cómplices de una forma más o menos directa. A partir de ahí le presentaron un proyecto de programa y se decidió grabar".
A la pregunta más repetida, el cómo lograron llevar la serie en secreto, también ha contestado. "Desde el principio se produjo un doble trabajo paralelo. Yo iba dos días a su casa y luego me venía otros dos días a Mediaset para buscar información. Estaba escondida en un rincón, todo el mundo me decía "¿qué estás haciendo?", y yo respondía "nada, nada", explica.
"El proceso de documentación era muy importante, había que buscar la información y documentos gráficos que contrastaran su discurso. También hubo un profundo trabajo de investigación con las sentencias. Yo no sé la cantidad de papeles judiciales que me he estudiado al milímetro… Todo ese proceso llevó a que decidieran que yo fuera la persona que hiciera la entrevista en televisión, porque controlaba la verdad mediática y la parte judicial", asegura sobre por qué la eligieron a ella.
Ana Isabel también detalla que las primeras conversaciones con Rocío Carrasco se produjeron en septiembre de 2020, pero que la grabación no arrancó hasta febrero. En todos los encuentros confirma que la veía "muy nerviosa, como es normal. Asumir que eres una víctima es complicado, pero públicamente y después de tantos años de silencio, más".
"Ella confió mucho en nosotros en todo momento. De hecho, toda la entrevista se hace sin guion, yo no tenía siquiera un guion de preguntas. Lo tenía todo en la cabeza y me dejé llevar por ella. Había un trabajo previo hecho, eso sí, yo repasaba las fechas. Pero fui a la grabación sin papel", afirma.
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