La crítica de la semana | Notas de temporada

Dos acontecimientos en otoño definieron las pautas para el devenir del curso; dos apuestas, una por ubicación en la parrilla y la otra por contenido, que rompieron con el orden establecido y fueron imitadas por el resto del sector. La primera de ellas fue la ubicación de ‘Tu cara me suena’ en la noche del viernes, nadie dábamos un duro por ellos al considerar ese día de la semana una utopía para el entretenimiento familiar, pero el formato de imitaciones de Antena 3 logró plantar cara al imbatible ‘Deluxe’ y demostró que las noches del fin de semana estaban abiertas para los Talent shows. La otra apuesta exitosa del año fue la vuelta de Bertín Osborne en la televisión pública, sus conversaciones “campechanas” cargadas de masajes al invitado y carentes de preguntas capciosas conquistaron a la audiencia, el formato fue comprado por Telecinco y adaptado por Susanna Griso en Antena3. Las entrevistas caseras se llevan, rendir pleitesía al famoso, dotarlo de una naturalidad impostada para acercarlo al público sin rozarlo. ‘Las Campos’ están al caer y el estilo de Risto fracasó en Antena 3, pero todavía hay esperanza, el ‘Salvados’ del Évole funcionó como un tiro en LaSexta y el retorno del “Chester” está a la vuelta de la esquina.

El éxito inesperado de Bertín fue una de las grandes esperanzas para una televisión pública a la deriva, pero la alegría les duró menos que el ‘Quiero Ser’ de Sara Carbonero en Divinity (no llega a los 20 minutos por programa). La1 sigue en horas bajas, sus programas diarios van perdiendo audiencia y suerte tuvo de los ‘Masterchef’ de turno y de las series clásicas que le salvaron los muebles. Sin embargo, el tema de las ficciones nacionales fue especialmente sangrante este año en Antena3, la cadena que era un referente en series españolas tuvo que cancelar 4 de ellas por falta de audiencia, su sello de calidad es innegable pero sus estrategias de programación lamentables, dijimos adiós a ‘Vis a Vis’, ‘Bajo Sospecha’, ‘Buscando el norte’ y a ‘La Embajada’, ahí es nada. No fue un año bueno para Antena 3 pero sí para su hermana de grupo Atresmedia, La Sexta se consolidó como referente informativo en un año políticamente tedioso. Su espectacularización de la actualidad mezclada con rostros respetados por el público conquistaron a la audiencia este curso.

La Sexta se comió a Cuatro en la batalla de las cadenas pequeñas, el canal rojo tocó fondo con sus apuestas de entretenimiento, ni las monjas adolescentes ni las princesas enamoradas sedujeron a la audiencia, aunque parece que la cadena resurgió de sus cenizas este verano. La calificación de “progresa adecuadamente” sería la más adecuada para Cuatro, los buenos datos de ‘First Dates’ dan algo de aire a la cadena para afrontar la siguiente temporada. Su hermana mayor, Telecinco, sigue intratable en un año en que afianzó su liderazgo. La cadena más vista en España sigue viviendo del universo ‘Sálvame’, su mundo propio vertebra la parrilla y no hay tiempo para que decaiga una trama que ya están potenciado otra. Vivimos la traición de Toño Sanchís a Belén Esteban, las manualidades de Luis Rollán y su amigo el fotógrafo o las mil disputas familiares de los Matamoros, nada es más sencillo ni primario, los instintos que mueven el mundo 24 horas en la misma cadena. No sería justo apuntar que el éxito de Telecinco recae únicamente en las manos de sus “celebritys”; sus servicios informativos, las pocas pero exitosas series o los Talent shows dieron excelentes resultados de audiencia que combinados con la fauna autóctona consiguieron la fórmula perfecta.