Avance de 'La Promesa', capítulo del viernes 7 de febrero: El veto a Jana y una puerta secreta

Ricardo, que acaba de ser dejado por Pía, recibe una visita inesperada en el peor momento. Ana, su exmujer y madre de Santos, se presenta sin previo aviso en La Promesa. El mayordomo se niega a hablar con ella, que vive un encuentro incómodo con su hijo, y Petra le cuenta a Pía que la mujer ha estado en palacio, lo que abre aún más la brecha entre ella y Ricardo.

La familia discute sobre qué hacer para salir de la crisis en la que se encuentran. El marqués quiere vender el 50% de las tierras como medida desesperada, mientras que Catalina quiere aumentar los cultivos un 100%. Inversión arriesgada que no ve con buenos ojos Alonso, que se pone firme.

Lorenzo accede a intentar casar a su hijo con una rica heredera para obtener una generosa dote que pueda paliar la grave ruina económica que atraviesa La Promesa, y se marcha por una temporada de palacio para preparar el terreno. Sin embargo, Ángela ha escuchado lo que pretenden. ¿Se lo contará a Curro?

Por su parte, Cruz finge un arrepentimiento e intenta sin éxito que Leocadia la perdone y olvide la venganza que planea contra ella, pero eso no va a ocurrir. Leocadia sabe que todo es una interpretación y no está dispuesta a abandonar sus planes.

Jana le cuenta a Teresa su pasado y les pide a ella y a Pía que dejen que sea ella quien siga investigando sobre la habitación secreta. Quiere saber qué hay al otro lado de la puerta que aún no han podido abrir. Y María Fernández quiere que Samuel se quede, pero este le dice que su decisión de irse de palacio es definitiva. Un palo terrible para la sirvienta.

El servicio empieza a notar que la comida es cada vez más escasa y algunos se ponen en pie de guerra porque les están matando de hambre con tantos recortes. Mientras, Marcelo se lleva un gran susto al ir a Luján al creer haberse encontrado con el secretario del Duque de Carril.

Avance de 'La Promesa', capítulo del viernes 7 de febrero

La llegada de Ana es un auténtico terremoto en la planta de servicio, especialmente, para Ricardo, aunque Pía también lo sufre. Jana se entera de que el marqués ha vetado que se inmiscuya y opine sobre los asuntos económicos de palacio, y Manuel se rebela contra esta decisión.

La gestión de los pocos recursos con los que cuentan es la forma en que los cocineros tienen que lidiar con el hambre que azota a la zona de servicio. La Promesa se hunde y los primeros que empiezan a pagarlo muy caro son ellos, con un recorte drástico en su alimentación.

Jana, incansable, busca junto a Pía una forma de abrir la otra puerta de la habitación secreta para averiguar qué esconde. Catalina no siempre ve las cosas como Alonso, pero descubriremos que los dos tienen opiniones totalmente contrapuestas sobre el futuro de La Promesa.