Quiero pensar que en los despachos de Mediaset se están empezando a dar cuenta de la magnitud del desastre. Que después de meses y meses negando la mayor, chocando cada mañana con la sentencia de las audiencias, han decidido empezar a recular en una estrategia televisiva que no está dando sus frutos. El modelo de televisión familiar que quisieron implementar con la cancelación de 'Sálvame' ha fracasado, y un año y medio después, la cadena de Fuencarral se ha dado cuenta que la parrilla actual es insostenible.
El primer movimiento, aunque no deje de ser un intercambio de cromos entre la mañana y la tarde, es el retorno de 'El programa de Ana Rosa'. Es gracioso leer el comunicado de prensa de Mediaset en el que dicen: "El próximo lunes 3 de febrero regresará a las mañanas de Telecinco una de las marcas más emblemáticas de la cadena"; como si se hubiera ido de vacaciones y no fueran ellos mismos quien decidieron cargarse el programa para mandar a AR a las tardes.
No les quito razón en lo de "marca emblemática", lo era. Lo que no tengo tan claro es que lo siga siendo después su malogrado paso por las tardes. En todo caso, la más que probable desaparición de 'TardeAR', que se huele en un futuro próximo, es uno de los primeros movimientos contundentes de Telecinco. La tarde actual de la cadena no se puede quedar como está, muy alejada de sus competidores y en una clara línea descendente en sus audiencias.
Pero la cadena debe ser más ambiciosa e ir más allá de un remodelación en sus tardes, hay que construir una imagen de marca que actualmente ni tiene. El modelo supuestamente familiar de Telecinco, que quiere combinar formatos blancos con programas de apariencia inofensiva, pero rematadamente moralistas como 'De Viernes', hace aguas por todos lados. Ni consigue congraciarse con los espectadores más pueriles, ni alcanza ciertas cuotas de irreverencia para hacer ruido en la calle.
El camino que debe seguir Telecinco lo marca de forma bastante clara su audiencia. En un tiempo en el que nada les funciona, ver como 'La isla de las tentaciones' consigue cada lunes sobreponerse al resto de ofertas es muy sintomático de lo que demanda el público. El programa de Sandra Barneda dobla la media cadena, situándose la semana pasada por encima del 16% de share. El valor que tienen estos registros en el estado actual de Telecinco manda un mensaje muy claro por parte de los espectadores.
La gente busca el salseo en Telecinco. Un salseo que pique, con ritmo y adaptado a los tiempos. Formatos con mala uva, que consigan sorprender a la audiencia con algo de picardía, y no magazines soporíferos en los que nunca pasa nada como 'Fiesta'. La tele de 2025 tiene que estar viva. Por mucho que los espectadores de la pequeña pantalla hayan envejecido están tan resabiados que las fórmulas de antaño ya no funcionan.
Como espectadores buscamos sentarnos frente a Telecinco y ver un reflejo de lo que somos llevado al extremo. Observar nuestras miserias y alegrías reflejadas en personajes que acaban formando parte de nuestro imaginario colectivo. No esperemos de Telecinco realidades almibaradas ni presentadores inocuos, sino dosis de verdad que rocen el surrealismo, universos en los que evadirnos que mantengan el cordón umbilical con las bajas pasiones de nuestras entrañas.
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