El Gran Wyoming señala el precio que está pagando por David Broncano en tres inequívocos términos

La guerra de audiencias por excelencia de la temporada entre 'El Hormiguero' y 'La Revuelta' continúa cada noche sin descanso. Pero el resto de programas de su franja continúan también a flote, y el Gran Wyoming no se ha cortado en reivindicar 'El Intermedio' como un espacio más que necesario entre ambos. Así, el presentador ha ensalzado su compromiso con la actualidad tirando por tierra la actitud infantil de Motos y Broncano al vivir anclados en su conflicto.

Las pullas entre un espacio y otro vuelan cada noche cuando uno sobrepasa en cuota de pantalla a su oponente. Y mientras los dos gigantes de entrevistas se reparten la mayoría del share, otros espacios como 'El Intermedio' mantienen con éxito gran parte de su fiel público. "Nosotros somos complementarios a ellos", comentó su presentador en su entrevista con Joakin Castellón para Conspiranoicos de La Sexta.

El Gran Wyoming sobre la guerra entre 'La Revuelta' y 'El Hormiguero': "Un reality show"

"Cuando voy a publicidad, que son 12 minutos y tenemos unos monitores, mientras nosotros estamos hablando de Trump y de corrupción, allí están tirando dardos... nuestro programa está en otro sitio", subrayó el Gran Wyoming, reivindicando el análisis de actualidad que hacen cada noche a través del humor frente al contenido más desenfadado de 'La Revuelta' o 'El Hormiguero'.

Y el comunicador no se cortó en pronunciarse sobre cómo está afectando al resto de medios la incansable guerrilla que ambos lideran y de la que hacen espectáculo. "Nosotros estamos en medio, aplastados por este reality show que se ha creado con las audiencias, que es nuevo", sentenció sobre la constante expectación por ver cuál de los dos presentadores supera más veces al otro cada semana.

"Pero bueno, nos vamos recuperando. Porque cuando la gente quiere enterarse, va viniendo. Es un milagro que un programa con el contenido nuestro se haya mantenido en prime time 18 años", comentó lleno de orgullo el Gran Wyoming, que mantiene la fe en sus espectadores más fieles.